OPINIÓN/ BAJO EL CHAPARRÓN

El PSOE olvida en pocos meses la fiebre que le llevó a privatizar todo lo que pudo

El gobierno de José María Barreda privatizó servicios en seis residencias universitarias

El PSOE olvida en pocos meses la fiebre que le llevó a privatizar todo lo que pudo
José Antonio Negrín. UCLM

El juego político incluye defender a ultranza algo si las urnas te han colocado en el equipo vencedor que, seguramente, se combatió con la misma fuerza tan solo unos meses antes si el político de turno estaba en la oposición. Se trata de una situación a la que los ciudadanos nos hemos acostumbrado a la fuerza pero que en ocasiones llama tanto la atención la hipocresía de la que algunos hacen gala que causa vergüenza ajena.

El último político que ha denunciado esta doble vara de medir ha sido el director general de Universidades, Investigación e Innovación de Castilla-La Mancha, José Antonio Negrín, que ayer criticó la «amnesia» del PSOE que le impide recordar que el Gobierno de José María Barreda externalizó servicios en seis residencias universitarias de la región, con el consentimiento de Emiliano García-Page y el silencio cómplice de los sindicatos.

Estos servicios no son, ni mucho menos, algo aislado. Si algo ha caracterizado los distintos gobiernos del PSOE en ayuntamientos, diputaciones y hasta en el Gobierno de la región (y me atrevería decir en toda España) es el gasto desmesurado sin pensar que mañana existe, la quiebra total, y como solución, llenar las arcas a través de la privatización de todo lo que se pueda privatizar, eso sí, llamándolo externalización de servicios y como dice Negrín, con la complicidad de los sindicatos.

En las distintas capitales de provincia y ciudades importantes de Castilla-La Mancha se suceden los ejemplos: servicios de limpieza, transporte público, guarderías y escuelas infantiles, recogida de basuras, cuidado de jardines, limpieza de edificios municipales, escuelas de verano, la gestión de los cementerios, etc. Todo lo que ha caído en manos socialistas se ha privatizado. El caso más sangrante ocurrió hace pocos meses con la privatización del agua en la ciudad de Cuenca, privatización que el PP nunca pudo llevar a cabo cuando gobernaba y a la que se opuso con una virulencia inusitada tanto el PSOE como los sindicatos (llegaron a ir casa por casa, puerta por puerta).

El resto de capitales de provincia no se queda atrás y Toledo, por ejemplo, también sufre esta fiebre recaudatoria y privatizadora de su alcalde, Emiliano García-Page, que ha «externalizado» hasta el turismo y ahora corre peligro el Patronato Deportivo y hasta la feria.

El PSOE ha tenido suerte y nunca ha encontrado una oposición beligerante en estos temas en el PP pero hace bien Negrín en recordar la gestión socialista, sobre todo para los que sufren amnesia.

 

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