El segundo plan, que parece que ha molestado al PSOE regional porque le ha cercenado una de las banderas que esgrimía como oposición, luchará para disminuir a la mínima expresión las listas de espera
No es cuestión de hablar de brotes verdes con la que está cayendo pero hay ciertos síntomas más que evidentes de que la situación está cambiando en Castilla-La Mancha donde ya se habla, y mucho, de inversiones millonarias y proyectos que la crisis y la gestión socialista enterraron. Por fin se habló de la necesaria obra pública con el, esperamos que inminente, inicio del estudio informativo de la futura autovía Toledo-Ciudad Real y ya se sabe que las obras de la autovía A-32 comenzarán en Albacete.
El arreón fuerte ha venido esta semana con el apoyo explícito del Gobierno regional al sector agroalimentario y, sobre todo, con la presentación de dos planes de largo recorrido y presupuestos millonarios. El primero de ellos – por orden de presentación – es el Plan de Ayuda a la Familia que contará con la friolera de 250 millones de los que 63 se invertirán en este mismo ejercicio. La astronómica cifra cobra más relevancia si cabe por tratarse de un plan aprobado por un Gobierno donde la austeridad es la marca de la casa y la única solución posible ante tanto despilfarro anterior. Las deudas hay que pagarlas aunque no sean tuyas.
Este plan cuenta con una serie de medidas y nace bajo la premisa de que la familia como institución básica de la sociedad castellano-manchega y como sujeto de derechos y libertades. Pero no se queda ahí; además de contar con la creación de consejos, distinciones a las ciudades que lo pongan en marcha, etc, prestará especial atención a la prevención para evitar o minimizar las situaciones de riesgo como el maltrato, el fracaso escolar o el consumo de drogas, además de centrarse en la atención a familias con algún miembro en situación de dependencia o aquellas que estén atravesando momentos económicos delicados.
El segundo plan, que parece que ha molestado al PSOE regional porque le ha cercenado una de las banderas que esgrimía como oposición, luchará para disminuir a la mínima expresión las listas de espera. Para él se destinarán 15 millones de euros y no repetirá los mismos errores que cometía la administración socialista. Las peonadas, tan injustas, no volverán.
Una semana que invita al optimismo porque los sacrificios ya están dando sus frutos.
