"Mi esposa está sufriendo un ataque. Está tendida en el suelo. ¡Oh, Dios mío!”
Es un milagro, o al menos lo parece. Y si no que se lo pregunten a Erica Nigrelli, una profesora de 32 años de un colegio de Missouri Citi, Texas, que ahora abraza a su pequeña Elayna que vino al mundo tres meses atrás cuando a ella ya no le latía el corazón.
La noticia, que sale ahora a la luz a través de la CNN, dio comienzo cuando sufrió un desmayo en su trabajo ante el espanto de sus alumnos, cuando se encontraba ya en la semana 36 de su embarazo.
Su marido, que también trabaja en el mismo colegio y oyó los gritos de los niños dos aulas más abajo, llamó entonces raudo y veloz al 911: «Mi esposa está sufriendo un ataque. Está tendida en el suelo. ¡Oh, Dios mío! Está embarazada y sale espuma por su boca, no está respondiendo», mientras todos los esfuerzos para reanimarla resultaban vanos.
CESÁREA DE URGENCIA
Una vez en el hospital los médicos poco pudieron hacer. Había muerto. Decidieron hacerle una cesárea de urgencia y, justo después de aparecer la bebé sana y salva, el corazón de la madre comenzó a latir de nuevo ante el estupor de los presentes.
Tras permanecer cinco días en coma artificial y habérsela diagnosticado una miocardiopatía hipertrófica, -un defecto del corazón que ella no sabía que tenía- , comparte ahora junto a su marido lo sucedido en su página de Facebook, con el sonido de fondo del marcapasos que le ha sido implantado, y ese nuevo ritmo que da fe de la ‘hazaña’ a modo de eco.