Los lugareños llaman a este tipo de macabros actos la 'Crucifixión'
La monarquía absolutista del gobierno de Arabia Saudí no se anda con contemplaciones, y le trae sin cuidado que cada dos por tres Amnistía Internacional denuncie que el país se salta a la torera los derechos humanos.
En los últimos días, y para no variar con la aplicación estricta por parte de los tribunales de justicia de la Sharia, donde los delitos comunes se castigan con mutilaciones diversas, se ha cumplido una sentencia con un macabro final: cinco personas han sido decapitadas a espada y han sido posteriormente colgadas de una viga con la ayuda de dos grúas en la plaza pública de la ciudad de Jizan, frente a la universidad del mismo nombre.
Los ajusticiados, entre los que figuraban tres hermanos, habían sido acusados de haber asesinado a un ciudadano de Yemen.
ULTIMÁTUM
La macabra exhibición coincide con un ultimátum lanzado por las autoridades a los inmigrantes ilegales, para que en el plazo de un mes y medio regularicen su situación en el país.
Muchos ven así una clara advertencia a los ‘sin papeles’, tal y como informa France 24, quien da cuenta que las cabezas de los condenados se colocaron junto a los restos de sus cuerpos metidas en bolsas de plástico.
Según Amnistía Internacional, al menos 47 personas fueron ejecutadas en Arabia Saudí este año, 12 de ellas en mayo. Sin embargo, según la organización, las cifras pueden ser mucho mayores toda vez que las ejecuciones secretas están a la orden del día.
Los lugareños llaman a este tipo de terribles exhibiciones la ‘Crucifixión’, en una ciudad donde confluyen muchos inmigrantes yemenitas y africanos, y a quienes se achaca el incremento de los actos delictivos en la región.