El cirujano alega que durante la intervención le descubrió una infección, y que tuvo que tomar la decisión sin consultarle "ya que estaba anestesiado"
Vishal Thakkar se las prometía muy felices tras su divorcio en 2006. Lejos de querer sufrir por la separación una depresión de cuidado decidió darse un capricho y, guiado por su olfato, se lanzó a por una rinoplastia con el ánimo de mejorar su aspecto y rehacer su vida.
Dicho y hecho. Contactó así con uno de los cirujanos más reputados de Tulsa, Oklahoma, EEUU, el doctor Lawrence Angelo Cuzalina, quien, según ha narrado el mismo afectado en la cadena televisiva Fox23 le dio toda clase de garantías.
UNA CHAPUZA DE CUIDADO
Tras una primera operación el protagonista de la historia ya notó algo raro. Por mucho que se esforzara no podía respirar como antaño y, además, le dolía el apéndice nasal de una manera descomunal. El médico le dijo entonces que algo había salido mal, y que no quedaba más remedio que meterle de nuevo en quirófano, aunque esta vez a fin de asegurarse el éxito de la ‘empresa’ debía quitarle cartílago de sus orejas para implantárselo en la zona.
Thakkar se plegó a sus peticiones con tal de salir airoso del trance, aunque tras despertar de la anestesia se dio cuenta de que el problema había empeorado aún más, sin contar que a sus orejas ya le faltaba además un buen trozo.
Tras más de veinte intervenciones, que se llevaron a cabo hasta el año 2011, el paciente le dio un ultimátum: «O me opera bien de una maldita vez o le denuncio». Al despertarse de lo que iba a ser ya la última operación la sorpresa fue mayúscula: ya no tenía siquiera nariz. Se la había cortado de cuajo.
ENCIMA LE DENUNCIAN
Hecho una fiera, y con razón, a la víctima de tamaño desaguisado no le quedó otra que chillar al doctor quien, lejos de amedrentarse, le respondió que dejara de ponerse chulo para, acto seguido, cursar sobre él una denuncia por amenazas.
Alegó en su defensa que el tema se le había ido de las manos, ya que durante la intervención descubrió que la nariz en cuestión estaba infectada y, «al estar usted anestesiado y no poder consultarle nada, opté por cortársela para evitar males mayores».
«ES PEOR QUE ESTAR MUERTO»
La víctima ha expresado a la televisión su gran pesar por lo sucedido, algo que le ha destrozado la vida:
«No hay manera de vivir así. Es peor que estar muerto».
Thakkar sale ahora a la calle con una máscara en la cara, y se ha sometido ya a dos operaciones reconstructivas de nariz, aunque desde luego en otra clínica.