Nadie como Page ha sabido aprovechar mejor la creación de esta comunidad autónoma
Las declaraciones y la actitud de ciertos políticos, en esta época tan difícil que nos ha tocado vivir, causan en ocasiones una especie de vergüenza ajena que nos obligan a preguntarnos por qué hay gente que no sabe lo que es trabajar fuera de la política, ganarse el pan fuera de la pose y la imagen. Se plantan en los cuarenta y tantos, echas un ojo a su biografía y descubres que lo más significativo en sus vidas es que han cursado una licenciatura no demasiado difícil, se han afiliado al PSOE a una edad más bien temprana y han tenido la suerte de tener un padrino – o dos – que les han encauzado para poder vivir de la cosa pública.
Los alcaldes de Toledo y Cuenca, Emiliano García-Page y Juan Ávila, se ajustan bastante a esta descripción general de la nueva hornada de socialistas jóvenes y preparados a conciencia para hacer de la política su medio de vida, cada uno con sus propias características, por supuesto. En el caso del también secretario general de los socialistas castellano-manchegos, que hoy cumple 45 años, llama la atención además su instinto de supervivencia, el mismo que le ha permitido haber formado parte del Gobierno regional que ha arruinado a Castilla-La Mancha y el mismo que le da fuerzas para presentarse ahora como una alternativa al PP para gobernar la región. Sin ningún tipo de rubor.
Se trata de un hombre que lleva en política casi 27 años (desde que era un chavalín con 18 primaveras, vamos) de puesto en puesto: concejal, diputado regional, consejero en distintos departamentos, vicepresidente, alcalde, senador…. Nadie ha sabido aprovechar mejor la creación de esta comunidad autónoma. Sin embargo, tiene capacidad aún para sorprender al personal y no para bien precisamente. En una entrevista concedida al diario digital encastillalamancha.es, García-Page nos deja a cuadros al afirmar en referencia a una posible lista regional renovada de cara a las elecciones autonómicas que «desde que estoy en el PSOE he aplicado siempre una máxima, que es no menos del 50 por 100 siempre. Hay que mover el estanque para que el agua no se estanque».
Cuando una lee esto de una persona que ha mamado de la política más de la mitad de su vida (se afilió al PSOE antes de cumplir los 18) no puede sino sorprenderse y pensar: nos han dejado para el arrastre porque hay políticos, como Page, que han perdido todo contacto con la realidad. Y es que no se puede ir promulgando una renovación y quedarte tú estancado lustro tras lustro, década tras década porque al final llegará otro más listo y aplicará aquello de «o jugamos todos o rompemos la baraja», aunque esta sea de Page y la tenga marcada.
