La vacunación de la rabia es obligatoria en Castilla-La Mancha desde hace menos de un año
El niño atacado por el pitbull en Toledo el pasado 1 de junio evoluciona favorablemente y se recupera en planta de las heridas que le causó el animal. Pasado el susto, muerto el perro, ahora toca acabar con la rabia que infectaba al perro por lo que el Gobierno regional decretó el nivel de alerta por rabia en la provincia de Toledo y ha obligado a la vacunación en menos de 15 días de perros, gatos y hurones censados en 56 municipios toledanos, incluida la capital, en un radio de unos 30 kilómetros con el epicentro en Argés, zona que se les prohíbe abandonar y donde están censados alrededor de 60.000 animales.
Es una lucha contrarreloj en la que se pretende no dejar ni un cabo suelto porque se trata de una enfermedad mortal, por lo que no se entiende que en Castilla-La Mancha sea obligatoria esta vacuna desde hace menos de un año ya que antes tan solo era voluntaria de acuerdo a la Orden de 02-07 de 2002 firmada por el entonces consejero de Agricultura, Alejandro Alonso, que hoy es precisamente diputado por Toledo . Estamos, sin el menor ánimo de hacer demagogia en un asunto tan espinoso donde hay menores de por medio, ante una irresponsabilidad mayúscula del anterior gobierno socialista que aún exponiendo en dicha orden que Castilla-La Mancha es una región de tránsito y por consiguiente con un alto riesgo de encontrar animales infectados, no estableciese como obligatoria la vacuna.
La aparición de la rabia en Toledo ha sido, desgraciadamente, noticia en la práctica totalidad de los medios nacionales y en algunos casos asociaciones de veterinarios califican de «locura» que la vacunación sea de carácter voluntario. Otra «locura» más del anterior gobierno que de nuevo pagamos los ciudadanos.
