Quizás Barreda pensó que mejor solo que mal acompañado
Mucho se habló la pasada semana sobre la soledad del ex presidente Barreda en su rápida visita a Toledo, pero me pareció poco. Que el hombre que ha tenido todo el poder del mundo en Castilla-La Mancha durante legislatura y media y «casi» todo el poder durante veinte años se viera prácticamente solo en una presentación de un libro (aunque éste fuera «Diccionario biográfico de los parlamentarios de Castilla La Mancha 1977-2007») pone muy a las claras cómo se las gasta el PSOE castellano-manchego.
Llegó muy sonriente y a lo suyo, como quien viene a Toledo a pasar la tarde por el Casco, porque quizás los que estuvieron a sus órdenes tanto en la Junta como en el partido ya habían excusado su presencia o simplemente porque José María Barreda ya está en otra onda y no tiene que representar ya algo que nunca ha sido. Aún así, son muchos los que le deben el pan y el Audi durante muchos años y es raro que no le devolvieran media hora de su tiempo haciendo acto de presencia.
Y es que faltaron todos, absolutamente todos, aunque llamó mucho la atención la ausencia del alcalde de Toledo y secretario general de los socialistas en la región, Emiliano García-Page, que no fue muy bien anfitrión que digamos de su predecesor. No sabemos si le llamó para saludarle y decirle que tenía otros asuntos y que no iba a poder apretarle la mano o si no le llamó o si, quizás, le mandó un whatsapp que parece que es más impersonal y le reconoció que no pueden verse en público, que la cosa pinta mal y le van a reprochar que Barreda y Page son la misma cosa (política).
Sea como fuere todos le dejaron solo aunque en esta ocasión y mientras se acordaba de otros tiempos, quizás Barreda pensó que mejor solo que mal acompañado.