El contacto continuó sin embargo durante meses después del primer encuentro
La madre de su amigo se le llevó un día a casa y le emborrachó con cerveza, violándolo.
A pesar de sus 11 años de edad y de lo sucedido, tras la ‘resaca’, el menor no tuvo reparo alguno en acceder a posteriori a seguir manteniendo encuentros sexuales durante meses con la mujer de 36 quien, al final, se quedó embarazada al poco de soplar él las velas de su decimosegundo cumpleaños.
El escándalo, que ha sacudido a la opinión pública de Nueva Zelanda y que tuvo como escenario al principal distrito de North Island, en Auckland, pone en la picota el actual sistema legislativo del país, toda vez que en esos lares una mujer no puede ser acusada de violación, aunque sí de abusos sexuales que pueden ser penados con hasta catorce años de prisión.
Una gran parte de la sociedad, y con mucha razón para algunos, considera discriminatoria para los hombres las penas impuestas por delitos semejantes.
SE LO CONTÓ A SU DIRECTOR
El protagonista de la historia no había podido mantener la relación en secreto por más tiempo, y un buen día del pasado año corrió raudo al director de su colegio para cantar de plano, según ha trascendido ahora a través del diario ‘The New Zealand Herald‘. Le dijo a su tutor que «necesitaba poner fin a aquello». El interpelado dio entonces la alarma.
El ministro de Justicia, Judith Collins ha tomado cartas en el asunto y ha informado que, tras lo acontecido, va a intentar cambiar la ley: «Voy a buscar el asesoramiento de funcionarios por si se requiere o no.»
La mujer lo niega todo mientras tanto y se niega a hacer ninguna declaración al respecto, en tanto se dilucida este caso por vía judicial.