Su mérito es que en Castilla-La Mancha pueden decir que, más o menos rápido, van en la buena dirección. En el conjunto de España tenemos la sensación de no ir, realmente, en ninguna
La presidenta del Gobierno regional, María Dolores de Cospedal, ha logrado un apoyo multitudinario a sus primeros dos años de gestión en un acto que sirve, como punto de inflexión, para marcar un antes y un después. El antes, por supuesto, está marcado por la herencia y las duras medidas que hubo de tomar mientras que en el después hay optimismo: «Ya se ve la luz al final del túnel», afirmó Cospedal.
Esta efemérides en el calendario político no ha pasado desapercibida para la envenenada pluma de Federico Jiménez Losantos que en su columna de hoy en el diario El Mundo, «El mérito de Cospedal», agasaja a la presidenta del Gobierno regional llegando a escribir que «la situación sería bien distinta si el Gobierno y todas las autonomías del PP siguieran su política». El columnista, a pesar de sus elogios, no esconde su crítica a Mariano Rajoy reconociendo que «las ocasiones en que un votante popular puede sentirse satisfecho por haber votado a Rajoy son tan pocas que lo mejor que cabe decir del PP es que no hace más porque el Gobierno no le deja».
Volviendo al «mérito de Cospedal», Losantos recuerda que «lo cierto es que 730 días después de haber ganado las elecciones por mayoría absoluta, el déficit de la región ha bajado al 1,47%, que no es poco viniendo de la morosidad institucionalizada y la falsificación sistemática de las cifras del gasto público. Se ha suprimido el 60% de los altos cargos, los entes públicos han pasado de 84 a 50 y a final de año -parece estar casi concluido el proceso de liquidación- serán 35. Ha eliminado el 40% del personal eventual; ha pasado los delegados provinciales de la Junta de 35 a 5; ha liquidado la embajada en Bruselas, el Defensor del Pueblo y el Consejo Económico-Social. Ha suprimido el sueldo de los diputados autonómicos y el plus a partir de los dos años de ejercicio. Ha pagado la informatización de la Administración. Con la tarjeta electrónica, en cuatro meses se han reducido en dos millones los desplazamientos y en 8 millones las recetas. Hay más cifras y, puesto que son oficiales, la realidad será menos halagüeña, pero no cabe negar su sentido político, en una línea de austeridad. O sea, lo que requiere la crisis.»
Finaliza el artículo asegurando que «su mérito es que en Castilla-La Mancha pueden decir que, más o menos rápido, van en la buena dirección. En el conjunto de España tenemos la sensación de no ir, realmente, en ninguna».
Un buen lunes para Cospedal, sin duda.
