OPINIÓN/CONFIDENCIAL

A Juan Ávila se le acaban los días de vino y rosas: pitada monumental en Cuenca

Cerca de 5.000 personas no le dejaron pronunciar un discurso en la presentación de la feria taurina san Julián 2013

A Juan Ávila se le acaban los días de vino y rosas: pitada monumental en Cuenca
Juan Ávila, alcalde de Cuenca. PD.

Detrás de la pitada puede estar la subida del IBI, la privatización del agua con su correspondiente subida, los recortes en limpieza o transporte público, la tarima de Carretería...

Se acabaron los días de vino y rosas. Al alcalde de Cuenca, Juan Ávila, le recordaron el sábado cerca de 5.000 personas que sus tiempos políticos de cobrar por sonreír han acabado y que no es lo mismo ser elegido para administrar una ciudad que vivir del cuento en una capital de provincia como delegado del Gobierno regional o presidente de la Diputación provincial, puestos políticos sin ninguna responsabilidad pero que Ávila utilizó para medrar dentro del PSOE en unos casos y, en otros, para hacer una durísima oposición al entonces alcalde popular de Cuenca, Francisco Pulido.

Nos cuentan que el sábado, en la Plaza de Toros de Cuenca, Juan Ávila pasó por su peor momento desde que es alcalde de la capital conquense y posiblemente no recuerde haber estado en una parecida en toda su carrera política, que es extensa. Más de cinco mil personas se dieron cita en el coso conquense para asistir a la presentación de la feria taurina de san Julián y mientras el público recibió con un cariño desbordado al gestor de la Plaza de Toros, Maximino Pérez, ofreció a Ávila la mayor pitada que se recuerda en la ciudad a un alcalde (y alcalde de Cuenca fue José Manuel Martínez Cenzano, que ya es mucho decir).

Maximino, al que en Cuenca se le tiene en un altar por situar su feria taurina entre las más importantes de España, se dirigió a los aficionados recordando el enorme esfuerzo realizado para mantener los cinco festejos y no subir el IVA de las entradas, tal y como prometió. Acto seguido dio el turno de palabra al alcalde, que apenas pudo balbucear algo durante unos pocos segundos ya que fue callado por las miles de personas que, nos cuentan, no están de acuerdo con la gestión que está llevando a cabo.

Y es que, nos recuerdan, el balance de estos dos años no es precisamente para tirar cohetes ya que encontramos una brutal subida del IBI, la privatización del agua con su correspondiente subida, los recortes en limpieza o transporte público, el haber colocado una tarima de madera en la vía principal de la ciudad cortándola al tráfico rodado o la ausencia total del alcalde en la vida cotidiana de la ciudad además de los rumores que hablan de su intención de abandonar el barco buscando un futuro lejos de Cuenca en un «puesto mejor».

Por lo que se ve, la vuelta de las vacaciones de Ávila ha empezado mal aunque quizás las retome en agosto porque es cuando deberá enfrentarse a cinco grandes festejos… Lo del sábado sólo fue la presentación.

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