“Creo que he sido injustamente perjudicado, y me hubiera gustado poder poner mi granito de arena a mejorar la educación escolar de los menorquines”
Los expedientes sancionadores a los directores de institutos de Educación Secundaria de Maó, por no acatar el Tratamiento Integrado de Lenguas, TIL, siguen discurriendo por derroteros lamentables que vuelven a poner en todo un brete a la ‘campechana’ consellera Camps.
Por si fuera poco todo el follón que hay montado, el exdirector de la COPE en Menorca, el diácono Guillem Ferrer, acaba de renunciar por sorpresa a su cargo -no estrenado- como delegado territorial de Educación de Menorca, tras haber sido nombrado el pasado viernes en Consell de Govern en sustitución de Julián Hernández.
Según una carta que publica en el diario Menorca, su decisión obedece al «malestar que su nombramiento ha generado entre la propia comunidad cristiana,» y las feroces críticas personales e incluso vertidas contra su familia.
LOABLE EJERCICIO DE ÉTICA Y COMPROMISO
En la misma, Ferrer, en un ejercicio que le honra y que da prueba de que su ética y firmes convicciones están por encima de cualquier otra vulgar disquisición de tinte político, da fe de que su decisión obedece sobre todo a los ataques que han emanado de su ‘propia comunidad», tras haberse anunciado su nombramiento:
«Lo que más preocupa, y me duele, ha sido la reacción de algunas personas y sectores de nuestra misma comunidad cristiana que han criticado mi persona, e incluso, a mi familia, por haber tomado esta determinación. Algunos medios de comunicación han utilizado mi perfil de las redes sociales para definirme diácono, periodista y profesor.
Antes de que periodista y que profesor me siento hijo de Dios y de la Iglesia, y como diácono casado estoy llamado a servir a mi familia, ya mis hermanos allí donde Dios, por medio del sr. Obispo, crea más oportuno. Por este motivo creo que mi decisión, a pesar de ser legítima, sincera, legal y del todo coherente con lo que pienso y con lo que creo, ha podido herir la sensibilidad de algunos de mis hermanos con los que comparto la fe en Jesucristo . Y por este motivo os pido disculpas. Y por lo que he expresado a la consellera Joana Maria Camps mi decisión de no incorporarme al cargo al que ella me propuso y el Govern balear me designó este pasado viernes».
Sinceramente creo que he sido injustamente perjudicado, y me hubiera gustado poder poner mi granito de arena a mejorar la educación escolar de los menorquines. Pero, aunque sería del todo legítimo poner en marcha este ejercicio laboral, mi conciencia y mi corazón me dice que una acción mía personal no puede comportar el escándalo, la controversia y la enemistad entre personas que se llaman seguidoras de Jesús, incluso en aquellas con las que no comparto los argumentos esgrimidos. No ha sido mi intención ni herir, ni escandalizar a ninguno de mis hermanos en Cristo».