Rafael Bosch se calla como un muerto en su puesto de asesor, y Gornés hace lo propio desde su cargo como primer teniente de alcalde en Mahón 'blindado' por sus dietas
Donde las dan las toman. De momento son insinuaciones, pero el tiempo ya dirá y pondrá quizás las cosas en su sitio, como diría Matas. Y es que el exvicepresidente económico del Govern balear, Josep Ignasi Aguiló, Pep para los amigos, no acaba de digerir la puñalada trapera que le asestó el presidente José Ramón Bauzá a principios del mes de mayo de este año.
ESCALDADO Y CABREADO
Tras salir por la puerta de atrás acompañado por Rafael Bosch, a la sazón antaño conseller de Educación, así como de Simón Gornés, su homólogo en Administraciones Públicas, al economista de la UIB le chorrean aún las críticas de los empresarios y comerciantes.
No en balde desde 2011 se dedicó con ahínco y entereza espartana a sanear las cuentas públicas en el papel de malo de la película, espoleado desde la sombra por el farmacéutico, como si fuera un trapo de usar y tirar donde se enjuagaban las malas ideas los detractores de sus ideas.
La reciente marcha atrás de alguna de sus medidas, devastadores impuestos de por medio y encabezada la ‘espantada’ por el espantapájaros vestido con nueva imagen, le pusieron algo más que la mosca tras la oreja.
BAUZÁ, EL CARPINTERO
Y ahora, de repente, arremete subliminalmente contra su antiguo valedor, no sólo ante todo aquel que quiera oír sus confidencias, sino incluso en público y a cara descubierta. Así queda constancia en su Twitter el pasado 13 de este mes, donde lanzaba en los 140 caracteres de rigor:
«Siempre hay que desconfiar del carpintero que culpa al martillo de un mal resultado».
Recogido el envite por Bernat Coll, presidente de Pimeco y valiente empresario, quien le pidió a renglón seguido que aclararse dónde estaba la puntilla, el aludido zanjaba la cuestión:
«No hay puntilla, don Bernat, el carpintero elige el martillo y como utilizarlo».
CALLADOS COMO MUERTOS
No se han metido en liza desde luego ni Bosch ni Gornés. El primero se las sabe todas porque no en vano fue profesor en el Luis Vives de Bauzá, y sabe muy bien de qué pie cojea. Además, desde su despacho de asesor del conseller de Competitividad, Joaquín García, las cosas se ven desde otra óptica.
El segundo parece a su vez demasiado ocupado como para lanzar pullas. Como ‘recolocado’ primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Maó, está demasiado ocupado quizás contando los 1.780 euros mensuales que le caen en gracia sólo por asistir a los plenos y a Junta de Gobierno y de Portavoces.
Sea como fuere todo son lecturas, y todos podemos equivocarnos, aunque las facturas que pasan a veces las decisiones equivocadas no son de recibo, y mucho menos pueden pagarse.