Sus superiores sólo le han castigado con 15 días de reclusión disciplinaria
Lo que pasa en China es como para preocuparse. Tras haberse conocido recientemente que durante una discusión de tráfico un iracundo conductor le arrebató el bebé a una madre, estrellándole contra el suelo, -por lo que murió a los pocos días-, ahora los medios locales dan noticia de otro suceso igual de escalofriante.
Sucedió en las últimas horas en la ciudad china de Linzhou, en la provincia de Henan, donde un policía llamado Guo Zengxi, en estado ebrio, ha hecho lo propio con otro bebé, aunque esta vez a causa de una apuesta con sus amigotes de borrachera.
TRIPLE FRACTURA
El bárbaro, que se llama Guo Zengxi, se topó con un hombre que llevaba a su hija mesina en brazos camino de un karaoke y, tras señalar a sus amigos que se apostaba lo que fuese a que era un muñeco, le tocó la cara al bebé para, acto seguido, arrancárselo al padre de los brazos y arrojarlo con fuerza contra el pavimento.
La pequeña, llamada Yueyue, sufrió tres fracturas craneales y fue llevada urgentemente a un hospital de la localidad, aunque ahora ha sido trasladada a Pekín para un examen más riguroso ya que se encuentra en estado crítico.
EL ‘CASTIGO’
Para colmo de despropósitos los superiores del chalado de turno le han castigado tan sólo a 15 días de reclusión disciplinaria, sin más, circunstancia que ha levantado las iras en las redes sociales del país, desde donde se reclama venganza.
Las autoridades de las ciudad han dado a conocer un escueto y confuso comunicado tras el caso:
«Todos los funcionarios tratarán el caso de acuerdo con la ley y las disciplinas, y no se mostrará clemencia.»
Parece que en China a mucha gente le da por pagar su locura con los bebés, como también se demuestra en el vídeo que acompaña estas líneas, en el que se ve a un padre arrojando al suelo a su hijo tras pelearse con la madre por teléfono.