Al también exministro se le ha visto de manteles con expolíticos allegados a José María Aznar
La realidad, por encima de cualquier disquisición de tinte político, es que al expresidente del Govern balear, Jaume Matas, se le quiere en Mallorca. Al menos, eso sí, a nivel de la gente que en su día estuvo bajo su mandato o situado en su órbita de una manera u otra, y con la que ha sabido mantener una estrecha relación de tinte humano por encima de conveniencias o intereses derivados de partido.
«NUNCA HA DEJADO TIRADO A NADIE»
Cualquiera que conoce al también exministro de Medio Ambiente en la época Aznar, coincide en señalar que «la diferencia entre el actual jefe del Ejecutivo balear, José Ramón Bauzá, y él, radica en muchas cosas, pero por encima de todo en la lealtad»‘.
Lo dicen sus partidarios como en una sola voz:
«Jamás ha dejado tirado en la cuneta a nadie, algo de lo que no puede presumir precisamente el titular de la farmacia en Marratxí».
Y debe ser verdad. Si no ¿a santo de qué estas vacaciones mallorquinas que pasa Jaume Matas en la Colònia de Sant Jordi se han convertido en poco menos que en toda una ‘peregrinación’ de políticos y expolíticos que no sólo van a saludarle sino, sobre todo, a ‘llorarle’ por el desencanto que genera la actual gestión del sucesor de Rosa Estarás?
COMIDAS Y CENAS A TUTIPLÉN
Para muestra valen pocos botones: Del exdelegado del Gobierno José María Rodríguez, el hombre al que todos temen en la ‘renovada’ formación ‘popular’, poco puede decirse. Archisabida la gran amistad que mantienen ambos por encima de dimes y diretes, su relación se ha tornado incluso más estrecha desde la distancia.
Tras su dimisión por un asunto que sus allegados tildan de «gilipollez», y con la Comunidad Autónoma pisándole los talones amparándose en la sombra como personación en la causa, el presidente de la junta territorial del PP de Palma ha comido con él este mes de agosto de 2013 en varias ocasiones; la última este martes 20 en el Paseo Marítimo de la capital mallorquina.
La semana anterior, tras hacer lo propio días antes con Eduardo Zaplana en el ‘Bistro Mar’ del Puerto de Alcúdia, Matas fue recibido con toda pompa en Sóller por su alcalde, Carlos Simarro.
A manteles se unió el alcalde Fornalutx, Joan Albertí Sastre, y poco les importó que durante su paseo un grupo de adolescentes «hijos de Esquerra Republicana de Cataluña» les salieran al paso para entregar al expresidente del Govern unos sobres a modo de sorna por el caso Bárcenas.
Y SIGUE LA LISTA…
Rosa Puig, exconsellera de Presidencia, Aina Castillo, exconsellera de Salud; Tito Fiol, exconseller de Cultura, exdirectores generales que ocupan a día de hoy algún que otro cargo -y a quienes les preocupa que su nombre trascienda-, así como algún otro ‘en las alturas que se dejó ver ‘de tapadillo’-, han arropado también al para muchos hoy todavía ‘president’.
La queja, según ha podido saber RB de fuentes muy fiables y ‘cercanas’ es siempre la misma:
«No hay proyecto de futuro en el PP balear. Bauzá ha hecho de esta legislatura un proyecto personal con miras a llegar algún día a Madrid, y a los únicos que hace caso es a su camarilla pilotada por Javier Fons , Sonia Navas, Toni Gómez y Martí Juaneda, con algunos pocos más. Los alcaldes son dejados a su suerte y el descontento es general. A la que te descuidas te ponen en la calle. Dan miedo, son como una secta».
DE POLÍTICA NADA DE NADA
Matas a dejado claro a todo aquél que quiera oírlo que de política nada: «Lo último que haría sería volver a ella». Tras seis años alejado de oropeles y farándulas protocolarias que ni se la menten…y menos aún le preocupa el partido del que un día estuvo tan orgulloso.
El próximo 16 de septiembre recurrirá la sentencia de nueve meses por tráfico de influencias. ¿Del Palma Arena? Poco sabe, tras tres años y medio sin hacerse una sola diligencia. ¿Preocupaciones inmediatas? El juicio en diciembre por el que puede ser condenado a una multa a causa de la contratación de su mujer, Maite Areal, por parte de un conocido empresario hotelero allá por el cuatrienio de su mandato.
¿Ahora? Pues cuando acabe su periplo vacacional volver a Madrid a su trabajo como asesor y a gestionar el patrimonio familiar, «que es de lo que vive». Su móvil, de momento, no para de echar humo.
Bauzá, mientras tanto, enterado de todo merced a su red de ‘soplones’, se tira de los pelos:
«¿Pero cómo es posible que a este hombre le quieran tanto?»
No entiende nada.