El PSC pide a PP y PSOE negociar un “nuevo estatus” para Cataluña
Como escribe Carlos E. Cué en ‘El País’, era una rueda de prensa muy preparada, en la que Soraya Sáenz de Santamaría siguió al pie de la letra el argumentario oficial y esquivó cualquier respuesta comprometida, pero tuvo un momento que parecía natural: cuando la vicepresidenta, al final de la enésima pregunta sobre la crisis catalana -la ausencia de respuestas claras provocó la insistencia de la prensa-, soltó un «no podemos hacer otra cosa».
Poco antes, ella había cerrado todas las posibles salidas políticas a la crisis: ni reforma constitucional, como plantea el PSOE, ni consulta de ningún tipo, como reclama CiU. Solo dejó abierta una: la negociación económica de la mejora de la financiación, que en cualquier caso no es inminente sino para 2015.
Ese «no podemos hacer otra cosa» puede referirse a los límites legales. Pero, en realidad, el Gobierno podría intentar forzar esos límites o incluso cambiarlos, ya que tiene el apoyo del PSOE para reformar la Constitución, y juntos suman casi el 90% del Parlamento.
Por tanto esa respuesta espontánea parece referirse más al problema político interno al que se enfrenta Mariano Rajoy.
El presidente es consciente de que la situación se ha complicado mucho y tiene una presión muy fuerte para hacer algo que frene la crisis independentista catalana, pero los suyos creen que no tiene margen para hacer nada extraordinario, ni para una negociación política real con Artur Mas.