La autopsia desvelará ahora si cuando fue arrojado por el conducto seguía o no con vida
El familiar con el que vivía no sabía de su embarazo. A las seis de la mañana de este sábado 14 de septiembre la mujer española de 29 años que estaba de unos seis o siete meses se encontró indispuesta y, según ha narrado ahora a la Policía, dio a luz al bebé «que nació muerto».
En vez de llamar a una ambulancia o de pedir socorro, la ‘madre’ decidió envolverlo en una toalla, meterlo en una bolsa de la basura y arrojarlo media hora después a un contenedor subterráneo situado en la calle Balanguera de Palma. Acto seguido regresó a su domicilio y se acostó.
CONFESIÓN
Pero no todo iba a ser tan sencillo. A eso de las dos de la tarde la mujer empezó a tener una intensa hemorragia por lo que decidió acercarse hasta la Clínica Rotger de esta ciudad, donde los médicos se dieron cuenta inmediatamente de que había tenido un parto. No le quedó entonces más remedio que confesar el hecho, indicando dónde había arrojado al bebé que, según ella, había nacido ya muerto.
BÚSQUEDA DESESPERADA
La información desde el centro a la Policía disparó un inmediato un amplio dispositivo de búsqueda, con la esperanza de encontrar con vida al bebé.
La Policía Nacional, Policía Local, una ambulancia del 061 y los Bomberos se trasladaron al lugar indicado, aunque se las vieron y desearon puesto que se encontraron con tres puntos de recogida dispuestos en cinco contenedores en un conjunto final de 15 depósitos.
Tras usar cuerdas y focos para deslizarse al interior, los bomberos lograban localizar en poco menos de una hora una bolsa de color negro con las criatura en su interior. Estaba muerta. La autopsia desvelará ahora si cuando fue arrojado por el conducto seguía o no con vida.
EN LIBERTAD
Según han indicado fuentes de la investigación el bebé hubiese nacido igualmente muerto a los nueve meses. Además, han revelado que la mujer ha tirado al recién nacido «porque el bebé no tenía padre» y se trataba de un embarazo que ocultaba al familiar con el que convivía. Se le ha dejado en libertad al no haberse encontrado aparentes signos de violencia en su cuerpo.