Todos tienen, al final, su parte de razón, pero lo que está claro es que no se puede ir por la vida en plan chulesco
Detrás del Decreto de Tratamiento Integrado de Lenguas, TIL, de los recortes, de toda la cera que arde y que ‘quemará’ este lunes a la comunidad de la enseñanza pública balear marcando a fuego una huelga indefinida de proporciones no calibradas, subyace, tristemente, una triste realidad: casi todos los motivos que la impulsan son políticos.
Las reivindicaciones lingüísticas vuelven con más fuerza que nunca solapadas por otras no menos ‘loables’, pero que al fin y al cabo son sólo una mera una excusa que pasa por encima de los verdaderos intereses de esa mayoría silenciosa que se conforma por una hastiada ciudadanía.
DESPROPÓSITO INDECENTE
Y lo más duele es que los que seguirán pagando el pato de este despropósito descomunal son, sobre todo, los niños; los mismos que esgrimen como si fuera un trofeo y ante las demás comunidades una nota de fracaso escolar mucho más alta que la media estatal.
¿Es la inmersión lingüística la que les ha jorobado de por vida o son, por el contrario, los modelos sociales de estas islas los que han final han acabado pasando una factura imposible de abonar porque se da de bruces con una insolvencia que salpica a todos los ámbitos?
¿Son además los recortes indiscriminados los que han ido sumiendo en la desesperanza a un profesorado que se siente, en su amplia mayoría, incapaz ya de aguantar tanto cambio a golpe de decreto cada cuatro años?
Los sindicatos STEI, CCOO, UGT, ANPE, la Asamblea de Docentes con sus 5.000 rúbricas…¿van por el buen camino, o es que no les queda otro?
DE ACTITUDES Y RESPUESTAS
La actitud del PP es, cuando menos, chulesca. El tan aireado pacto educativo pasó ya al desván de los recuerdos, si no por imposible, sí por la actitud de ‘ambos bandos’ a la hora de conciliar lo que, en suma , es la madre del cordero: o catalán a todo pasto o nanai de tu tía. No hay más.
Las concentraciones previstas no sólo en nuestras islas para este lunes 16 de septiembre, sino en Alicante, Valencia, Castellón, Tarragona, Lleida, Barcelona o Girona, ponen lo expuesto en evidencia, con un telón de fondo de unos servicios mínimos a modo de parche en los centros públicos de infantil y primaria, del ‘directorio’ y del secretario académico de cada centro en el 30 por ciento de la plantilla, del 25% en los de secundaria y del 20% en los centros con regímenes especiales, como el conservatorio, y que no remediará apenas nada.
PELEAS Y MARCHA ATRÁS
Y mientras tanto, en estas horas previas, siguen enzarzándose en trifulcas dialécticas los que defienden el nuevo modelo impuesto por el Govern y lo que ven en el inglés a un demonio vestido de azul, que condena al infierno a la lengua oficial balear.
La Mesa Sectorial de Educación es implacable. Joana Maria Camps ejerce de madrina de ceremonias intentando en vano empeño sofocar el incendio desatado ‘desde las alturas’. Retirar los expedientes abiertos a los directores de institutos de Mahón se antoja otra absurda ‘marcha atrás’ que no evitará lo que ya está gestado en las entrañas del odio más radical.
LISTAS NEGRAS
Y para echar más leña al fuego, a avivar lo que ya no hay Dios que pare, llegan ahora los federalistas de Esquerra Unida de Baleares exigiendo el cese del diputado ‘popular’ Antoni Camps por sus «amenazas públicas» a los docentes en huelga.
Y todo por un artículo de opinión donde el licenciado en Ciencias económicas esgrime no exento de cierta razón -nunca hay sólo blanco o negro- que todo se resume a lo dicho: a una huelga política, y en donde apunta a modo de coletilla -que es lo que ha sentado como un tiro al fin y a la postre-, que «lo positivo» de la huelga «es que sabremos, con nombres y apellidos quiénes están preocupados por el futuro de nuestros hijos, y quiénes, por el contrario, juegan con los alumnos para conseguir objetivos políticos.»
Manel Carmona pone el grito en el cielo y ve en estos renglones la «amenaza de hacer listas negras», las similitudes con el ‘modus operandi’ del fascismo de 1936 o de la Alemania Nazi: «La deriva del PP hacia el autoritarismo caciquil y el pensamiento único nos parece muy preocupante», en suma.
Es más de lo mismo. El pacto social, que no sólo educativo, se hace más necesario que nunca. Así no podemos seguir. Lo malo es que no hay opciones viables. Es la vieja España, al final, la que siempre salta, la misma que nos restregó Antonio Machado a modo de poema, la misma que plantó sus raíces con el advenimiento de la II República.
Es lo que hay: o los meapilas o los ‘quema iglesias’. Lo de siempre. En medio ya no queda nadie vivo.