OPINIÓN/ BAJO EL CHAPARRÓN

El PSOE, acorralado por la gestión de personal, carga ahora contra los sindicatos

La portavoz municipal acusa a CSI-F de hacer una labor política más que sindical

El PSOE, acorralado por la gestión de personal, carga ahora contra los sindicatos
Juan Ávila. PD.

En la concentración ante las puertas del ayuntamiento se acusó al Equipo de Gobierno de enchufar a antiguos cargos del PSOE en la Junta

El Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cuenca ha encontrado la horma de su zapato sin salir del propio consistorio y entre aquellos que trabajan día a día para que la ciudad fluya. No ha estado afortunado el primer edil conquense, Juan Ávila, al querer convocar el famoso referéndum por el que los mismos trabajadores tenían que elegir entre una bajada de sueldo o que se fueran a la calle los interinos. Pero es que cada día que pasa empeora más la situación, si es que se puede, uniendo en las críticas contra su gestión a gentes de izquierdas y de derechas, lo que en si en cualquier lugar de España es raro en Cuenca merece un capítulo en Cuarto Milenio.

La última metedura de pata la encontramos en las declaraciones de la portavoz municipal, Consuelo García, que ayer se mostró públicamente sorprendida por la concentración de los trabajadores y no dudó en cargar contra el sindicato CSI-F al que acusó de estar haciendo «una labor más política que sindical porque está defendiendo más los intereses del Partido Popular de Cuenca que de los trabajadores de esta casa». Parece que el PSOE empieza a olvidar cómo ha utilizado a lo largo de la historia y especialmente en esta legislatura a los sindicatos «amigos» para torpedear la gestión en el Gobierno regional, pero es que alguien le tenía que haber dicho a la concejal portavoz que la concentración fue convocada por el Comité de Empresa y la Junta de Personal que aglutinan además de a CSI-F (mayoritario en el Ayuntamiento de Cuenca) a CCOO, UGT y Afac. Todos a una ya no contra la ocurrencia del referéndum que no demuestra sino una falta de madurez política preocupante, sino contra un modelo de gestión que los ciudadanos de Castilla-La Mancha repudiaron en las pasadas elecciones autonómicas y que Cuenca, siempre a contracorriente, sufre ahora junto a Toledo.

Tal es el descontento que una funcionaria del Ayuntamiento con más de 30 años de trabajo a sus espaldas, Amparo de las Heras, demostró ayer una valentía envidiable no dudando en salir públicamente a denunciar lo que a su juicio es una nula gestión de personal. «Han despedido a quien han querido en función de las razones que ellos sabrán, han enchufado a quien han querido con unos complementos específicos elevados, pero no han hecho ninguna política en materia de personal…. Sólo han tomado decisiones puntuales que podían favorecer a algunos de los suyos que se había quedado sin trabajo al pasar la Junta al PP».

Y claro, cuando oyes estas cosas de una funcionaria que se declara no vinculada a ningún partido político y ves que hay puestos de trabajo de interinos que corren peligro no te sorprendes, como le ocurre a la concejal socialista, de que los trabajadores se concentren.

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