Enredado en un modelo territorial federal que ni los propios socialistas alcanzan a entender, el PSOE ha optado por apuntar a Mariano Rajoy como el principal responsable de la deriva soberanista que impulsa la Generalitat de Cataluña.
«Si Rajoy mirara más a la palabra diálogo y tratara de entender un poco más la complejidad de esta sociedad, el futuro de Cataluña será un futuro donde los ciudadanos que allí viven puedan explorar una vieja ambición del socialismo vasco, el derecho a convivir. Vamos a ver si Rajoy lo toma en serio», declaró este 4 de octubre de 2013 Eduardo Madina, secretario general del Grupo Socialista en el Congreso.
El líder de la formación, Alfredo Pérez Rubalcaba, fue más allá:
«La actitud catalanofóbica del PP está en la base de lo que está pasando».
Como subraya S.E. en ‘ABC‘ este 5 de octubre, son todos a una. Este cierre de filas de los socialistas llega 24 horas después de que la presidenta de la Junta de Andalucía, en su puesta de largo en Madrid, criticara las cesiones que hizo el Gobierno de Zapatero con el Estatuto de Cataluña.
«Lo que ha pasado nunca lo debimos haber consentido».
Este viernes tocaba cambiar de tema. Rubalcaba, que se vio obligado a reconocer que la frase de Zapatero en la que se comprometía a aceptar el Estatuto que aprobara el Parlament catalán fue un «poco desafortunada», dijo que Rajoy «ha sembrado vientos y ahora no sabe qué hacer con las tempestades».
«De esos polvos, estos lodos -añadió, en referencia a la supuesta «actitud catalanofóbica» del presidente del Gobierno-. Sí sabe no hacer, que es lo que está haciendo el señor Rajoy».
Madina, por su parte, lamentó que «siempre que la derecha española gobierna, las tensiones territoriales crecen».
«Si Rajoy mirara más a la palabra diálogo y tratara de entender un poco más la complejidad de esta sociedad, el futuro de Cataluña sería un futuro convivencial».
El diputado vasco dijo que «la responsabilidad del incremento de intensidad en el proceso político que se vive en Cataluña tienen su responsabilidad en los que los protagonizan».
A su juicio, el Gobierno central no se está tomando «lo suficientemente en serio este asunto», ni tiene «muchas opciones de intuir por dónde puede haber salidas y ofrecérselas al conjunto de la sociedad».
