Tribuna de papel / El primer vistazo del día a la prensa catalana y no catalana

La «policía de paisano» de ‘La Vanguardia’ y la beatificación de Tarragona

En la derivada Cataluña-España, los diatios amanecen sin el brío y la contundencia de días atrás

La "policía de paisano" de 'La Vanguardia' y la beatificación de Tarragona
La crisis de la prensa vista por Nicolás Vial. NV

La desconocida Somalilandia es un Estado independiente de hecho, pero no ha sido reconocido por la comunidad internacional

La revista de prensa la hace el siempre brillante Pablo Planas y la publica ‘Crónica Global’, el medio online  recién surgido en Cataluña para cubrir con sensatez y libertad un hueco que necesitaba ser cubierto.

La pieza de este 14 de octubre de 2013, arranca subrayando que en la derivada Cataluña-España, los periódicos amanecen sin el brío y la contundencia de días atrás.

Ayer no hubo Liga. Quizá por eso los periódicos se centran, sin excepción, en lo que antaño era el rito dominical por antonomasia, la misa.

En concreto, la que se celebró en Tarragona para beatificar a 522 mártires (religiosos) de la Guerra Civil. Este asunto es más espinoso, poliédrico y complejo que un gol en el tiempo añadido del Elche-Real Madrid, pero los diarios lo abordan con los recursos tradicionales de la prensa deportiva, seguramente para no despistar a sus lectores.

ABC, La Razón y La Gaceta son partidarios (de la misa de beatificación), El País, no demasiado, en El Mundo no lo saben y en La Vanguardia informan de que no hubo incidentes como los que sí ocurren a menudo en los fondos de los estadios de fútbol.

Utilizan en el diario barcelonés el cintillo «Una celebración religiosa con polémica» (que suena a «Penalti injusto e invasión de campo en la Catedral«; ya saben, el campo del Athletic) para identificar las tres páginas relativas a la misa.

En la que cierra ese bloque, un destacado informa:

«La seguridad actuó con rapidez cuando se desplegó un paraguas con una bandera española».

La crónica de Sara Sans apunta:

«La policía de paisano se movió con rapidez cuando se abrió un paraguas con una bandera española o pedir a una familia que retirara la suya».

¿Un paraguas con la bandera española? Imperdonable, eso es peor que entrar en un campo de fútbol con bengalas y petardos, impropio de gentes civilizadas.

La crónica no especifica a qué cuerpo estaba adscrita esa «policía de paisano», si a la Guardia Civil, la Guardia Urbana o los Mossos d’Esquadra, que sería lo propio tratándose de Tarragona. La «policía de paisano«.

¿Habrá policía de paisano también en los estadios de fútbol o sólo van a las misas? Otra pregunta: ¿La policía de paisano es como lo que antes era la policía secreta, la Brigada de Investigación Social, la político-social? Alucinante, ¿o no? Y sólo estamos a lunes.

Los periódicos, en la derivada Cataluña-España, amanecen sin el brío y la contundencia de días atrás. ¿Tendrá efectos relajantes el incienso de las misas o es puro cansancio?

Ayer domingo sí que estaban cañeros, potentes y tronantes en editoriales, artículos y crónicas, todas sobre el Doce de Octubre en Barcelona.

A continuación, se reseñan algunos fragmentos destacados en la prensa partidaria de celebrar sólo la Diada. Sin comentarios ni «subtítulos», a pelo.

Diario Ara, titular principal: «El españolismo toca techo».

  • Toni Soler, diario Ara, titula su artículo «Nos toca a nosotros» y escribe: «La manifestación de ayer (por el sábado) en Plaza de Cataluña fue pacífica a medias, porque al mismo tiempo en Madrid desfilaba el Ejército, que es -literalmente- el brazo armado del unionismo».
  • Albert Pla Nualart, en un texto titulado «El síndrome de Hänsel y Gretel»: «No es necesario psicoanalizar a los españolistas para darse cuenta que harán de todo antes que aceptar como patria lo que para ellos será un muñón en carne viva. Más vale, por tanto, que nos preparemos para afrontar estrategias ante las cuales puede que no haya suficiente con portarse muy bien para preservar la convivencia»
  • Cristian Segura, en Ara, en un artículo titulado «El Cara al Sol en el Bar Cataluña»: «El 12-O, como es tradición, junta a los más reaccionarios de los barrios ricos. Como en 2012, me encuentro unos conocidos del Club de Polo y del Círculo Ecuestre, gente cordial que se siente española e irritada por el soberanismo». Unas líneas más adelante, otro frase: «En la organización me encuentro, acreditado como técnico, a un antiguo miembro muy activo de Falange que Nació Digital ya identificó en la concentración de 2012».

El Punt Avui, titular de portada: «El unionismo pincha«.

En su crónica de apertura de política, en un titular cuya traducción al castellano destrozaría toda su carga, afirman: «A la plaça Catalunya, hi caben».

El director del diario, Xevi Sirgo, encabeza su columna así: «Mucho ruido para nada». Y comienza:

«Tanto ruido toda esta semana montando espectáculos en el Parlamento [autonómico], provocando continuamente hasta hacer emprenyar [que es más que enfadar] a la presidenta De Gispert y al final [tot plegat en el original] se ve que sólo eran treinta, cuarenta o cincuenta mil? Ni que fueran cien mil, que en comparación con los cerca de los dos millones del Onze de Setembre es un hartón de reir, valía la pena tanto ruido?».

Ramón Solsona, en un artículo titulado «Falangistas» asegura:

«En España se hizo la Transición, pero no una conversión real a la democracia. Los que nos acusan de nazis y fascistas no nos acusan nunca de falangistas, porque lo son ellos. Porque el franquismo y el falangismo, ergo fascismo, están intactos, han conservado el halo patritótico de la España eterna y han conseguido sepultar el anhelo de una democracia auténtica».

El Punt Avui ofrece a sus lectores el domingo un suplemento de 96 páginas, Presència. En su último número se publica un análisis económico muy relevante, ajeno a las crónicas y análisis sobre el Doce de Octubre.

Lo firma Martí Crespo en una sección elaborada para el periódico impreso por el diario digital Vilaweb. Se titula así: «Somalilandia, tierra de transacciones electrónicas».

El autor se refiere al aviso de Francesc Granell, a quien presenta como «reputado funcionario de organizaciones internacionales», de que «la independencia no es viable económicamente porque Cataluña acabaría siendo como Somalilandia».

Transcribo fragmentos del reportaje:

«La desconocida Somalilandia es un Estado independiente de hecho, pero no ha sido reconocido por la comunidad internacional, que la considera aún una región autónoma de Somalia. Pese a todo, algunos Estados ya hace tiempo que mantienen relaciones informales, como la fronteriza Etiopía, además de Bélgica, Francia, la Gran Bretaña y Sudáfrica […]. Somalilandia comienza a captar la atención internacional por otros indicadores, como la relativa estabilidad gubernamental y territorial -en contraste con una buena parte de los estados vecinos- y, últimamente por una de las tasas de transacciones bancarias electrónicas más elevadas del mundo […], la telefonía móvil se ha impuesto como un sistema de pago tan informal como práctico y eficaz». En un destacado se informa de que «cada vez circulan menos billetes y monedas en beneficio del móvil, convertido en el sistema básico de compras cotidianas».

En cuanto a otros diarios, pero también sobre lo del sábado e incluso lo del domingo (la misa), el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila, utiliza un artículo en La Vanguardia para comentar la etiqueta que le han colocado en su propio partido, Convergència.

«La presunción de bondad», titula. Y dice así:

«Me llaman moderado. Me acusan de moderado porque cuando el Barça recibe un penalti injusto de entrada soy de los que piensan simplemente que el árbitro se ha equivocado, que no es víctima de ninguna conspiración del palco del Bernabeu ni de la Moncloa. Porque cuando el Ministerio de Fomento asigna a Cataluña un presupuesto insuficiente creo que no se debe a un contubernio de la ultraderecha anticatalana ni de la FAES. Simplemente explicita que está sobreendeudado […]. Me llaman moderado porque cuando el Santo Padre toma la determinación de beatificar religiosos muertos por su fe, pienso que no lo hace para rendir homenaje a las víctimas de este o aquel bando de la guerra; ni para tomar partido en favor o en contra de ningún interés político».

El director de El Periódico, Enric Hernàndez, en un artículo que titula «Fabricantes de crispación» afirma:

«Mucho se ha especulado esta semana -e insinuado, y maliciado…- sobre el supuesto riesgo de que elementos violentos se infiltrasen en la concentración convocada en la Plaza de Cataluña por la organización Som Catalunya. Somos España. Con fundamento o sin él, se dio pábulo a anónimos amenazantes que circulaban por internet, se sembraron dudas sobre el carácter pacífico del acto central del 12-O y, preventivamente, se culpó a los convocantes de cualquier incidente incluso antes de que se registrase. Prevenciones que, a juzgar por el cívico desarrollo de la cita de ayer, expresaban más un deseo que una razonable cautela. La táctica de agitar el discurso del miedo con fines disuasorios no es monopolio del españolismo».

En El País, el escritor Jordi Soler, publica un artículo, «Independencia y ficción», muy esclarecedor sobre las vivencias del exilio catalán en México y el choque con la realidad al regreso a Cataluña. De su experiencia particular («Durante mi juventud suscribí, en Mèxico, todos los tics del catalán de ultramar […] llevaba en el coche una gran paegatina con la bandera independentista catalana y desde luego defendía, cada vez que el tema se terciaba, el derecho de Cataluña a ser un país independiente» pasa a la actualidad en Cataluña, donde vive desde hace una década.

«El blindaje frente a la realidad que tiene la ficción independentista me recueda aquella idea de Fidel Castro: la revolución es como una bicicleta, si se deja de pedalear, se cae. Ahora sustituya usted la revolución con el proceso independentista«, aconseja a los lectores.

El escritor deja caer más referentes latinos en su texto:

«Quizá sea porque me conozco de memoria el discurso político latinoamericano, pero aquí he oido discursos del president y sus subalternos, que están a un paso, a un milímetro de la verbosidad mística del comandante Hugo Chávez».

Sabino Méndez, desde La Razón, también aporta un interesante punto de vista en un artículo titulado «¿Silenciosa o silenciada?»:

«Cada día se habla más de la mayoría silenciosa, pero cabe preguntarse si el adjetivo es exacto y no se trata más bien de una mayoría silenciada. Basta comprobar el simple dato objetivo de las horas que dedica TV3 a dar cobertura a los partidarios del secesionismo y compararlo con los escasos minutos que dedica a sus contrarios».

«En Cataluña -añade-, después de todo lo sucedido en el nivel de los medios informativos, ya nadie puede arrogarse la autoridad moral como para hablar de la voluntad de un pueblo».

En uno de los lugares más destacados del mismo diario madrileño, la página cuatro, en la sección gráfica «Punto de mira«, el también colaborador de ‘Crónica Global’ Toni Bolaño asegura que en la manifestación del sábado «había de todo»:

«De derechas, de izquierdas, de centro. Autonomista, centralistas, federalisas y algún confederado. PP y Ciudadanos hicieron ostensible su presencia. El PSC no. Iniciativa per Catalunya, tampoco. Defienden el federalismo y rechazan la independencia. En la Plaza de Cataluña tenían su espacio. Han preferido ponerse de perfil y se han quedado fuera de foco. Muchos federalistas también estaban en la concentración. Han perdido una buena oportunidad. Y no están para perderlas».

En lo de hoy lunes, la polémica misa manda, como decíamos. Hay dos detalles muy subrayados. Primer mensaje del Papa (por vídeo, ¿del papamóvil al papaplasma?) a los españoles y no habló de la Guerra Civil, escenario del martiriológio en cuestión.

Segunda, el cardenal Amato, el que impartió la comunión, sí. José Manuel Vidal firma en El Mundo un artículo titulado «La soflama del cardenal Amato» y subraya que el purpurado «afirmó que la Republica programó ‘el exterminio de la Iglesia católica».

Alude al comentadísimo pasaje del sermón que principiaba así:

«En el periodo oscuro de la hostilidad anticatólica de los años treinta, vuestra noble nación fue envuelta en la niebla diabólica de una ideología…».

De lo nuestro, pocas novedades. El País desvela que «Madrid (la Comunidad) reclama a Rajoy una nueva financiación antes de tres meses» y que el jefe de Método 3 se queja de que le han pirateado el móvil donde tenía mensajes personales, así, como suena.

Es una nueva entrega del escándalo de espionaje que afecta a Sánchez-Camacho, a Zaragoza, al propio jefe de los espías y a media Barcelona.

En la edición catalana de ABC, María Jesús Cañizares describe las cinco fases por las que está atravesando el nacionalismo. A saber, negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

Raúl del Pozo, en la contra de El Mundo, aviva los ecos del Doce de Octubre, explicando que le ha comentado el «amigo» socialista:

«Un amigo socialista de Barcelona reconoce que la multitud de la Plaza de Cataluña ha dado un ejemplo de tolerancia […], el proceso será largo y con momentos muy tensos, pero al final habrá una reforma de la Constitución y acordarán algo que funcione treinta años más»..

En cuanto a las necrológicas, ha muerto Miquel Tàpies, «ex director de la fundación e hijo del artista», se dice en la edición catalana de El País, y homenajes en todos los diarios a Jaime Arias, director emérito de La Vanguardia, que escribió hasta el final.

Ite missa est.

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