Llega en el peor momento: éste es el juicio en el que coinciden los expertos, nacionales e internacionales acerca del plan independentista que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, quiere materializar el año que viene.
Todos los analistas consultados por I. Flores y I. Gutiérrez para elEconomista, reconocen que una secesión efectiva de España es más que improbable; lo que realmente preocupa a los analistas son los efectos sobre una economía aún débil, y que lucha por recuperarse, de una deriva política que lleva camino de desembocar en un referéndum frustrado, y en la convocatoria de unas elecciones plebiscitarias en Cataluña de incierto resultado.
Pero antes de llegar a ese escenario, que tendría lugar en todo caso a finales de 2014, la apuesta soberanista de Mas está ya teniendo un efecto que ahora es sutil y difícil de percibir, pero que puede tener graves consecuencias en el medio plazo.
Lo resume de forma clara y tajante Almudena Semur, coordinadora del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE):
«Lo está logrando; gracias a que en Cataluña únicamente se habla de la consulta, la Generalitat puede permitirse no hacer los ajustes realmente urgentes ni las reformas que nos reclaman desde la Unión Europea».