La Junta Directiva Regional del PP celebra Congreso Extraordinario

La guerra por el PP andaluz culmina con la victoria de Cospedal y el entierro de Arenas

La guerra por el PP andaluz culmina con la victoria de Cospedal y el entierro de Arenas
Cospedal con Arenas. EP

Pero las conspiraciones andaluzas han llegado a lanzar la idea de que Fátima Báñez siga como ministra pero asuma el control del PP andaluz

Más vale tarde que nunca. Este refrán resume a la perfección el sentimiento de la inmensa mayoría de dirigentes del PP de Andalucía. Hace un año que reclaman un relevo al frente del partido, dado que Juan Ignacio Zoido quiere repetir como candidato a la Alcaldía de Sevilla para tratar de revalidar mandato.

Pero Mariano Rajoy no veía la necesidad en un principio, hizo oídos sordos a la demanda cuando era un clamor e incluso paralizó en diciembre el proceso cuando todo estaba preparado, como contó entonces este periódico.

Como subraya este 5 de febrero de 2014 Pablo A. Iglesias, director de Información y Contenidos de Servimedia, el PP andaluz tiene al fin la solución. Saldrá del XIV Congreso Extraordinario que este mismo miércoles se convoca de forma oficial por la Junta Directiva Regional.

Las trifulcas internas han sido constantes y a la vez soterradas. Tanto es así que la propia secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, acude a la reunión interna de esta tarde para asegurarse de que nada vuelve a torcerse. Lleva meses preparando este paso, que estuvo a punto de quebrarse en navidades. No quiere que nadie lo estropee.

Andalucía siempre ha sido una pieza codiciada en el Partido Popular. Al fin y al cabo, es la comunidad autónoma que más compromisarios aporta en los congresos nacionales donde se elige al gran líder.

En el cónclave de 2012, que ratificó a Mariano Rajoy como presidente, Andalucía aportó 522 de los 3.172 representantes con derecho a voto. Con cuatro o cinco territorios bastaría para hacerse con el control nacional del PP. Pero esa es otra batalla para que aún queda tiempo.

La guerra andaluza llegará a su fin con el Congreso Extraordinario que el PP celebrará el fin de semana del 1 y 2 de marzo. Rajoy ha fijado la fecha y ya tiene hueco reservado en la agenda para asistir en persona a la clausura a arropar al nuevo líder andaluz.

Tanto en la dirección nacional de Génova 13 como en la regional de Sevilla se da por hecho que José Luis Sanz asumirá las riendas en sustitución de Zoido. Es lo que el propio alcalde lleva meses promoviendo y lo que Cospedal anhela desde hace tiempo. Aparentemente, supondrá el fin del arenismo y el inicio de una nueva etapa en la región, no sin cierta supervisión de la secretaria general.

Un as en la manga

Los detractores de Cospedal y de Sanz no bajan los brazos. En los últimos días han maquinado para que Fátima Báñez ocupe ese lugar. Ella no está dispuesta a abandonar el Ministerio de Empleo y Seguridad Social bajo ningún concepto.

Mejor dicho, salvo que Rajoy se lo pida expresamente, cosa que ella misma se ha encargado de evitar alegando cuestiones familiares. Pero las conspiraciones andaluzas han llegado a lanzar una idea que en determinados sectores se considera una locura: que Báñez siga como ministra pero asuma el control del PP andaluz.

La idea se vende como probable en un último intento de hacer descarrilar el nombramiento oficioso de José Luis Sanz. Pero tanto en el Gobierno como en altas esferas del partido aseguran que sería descabellado.

El PP de Andalucía necesita un nuevo líder a tiempo completo y que se vuelque en la región. Para fichar a un presidente por horas ya tienen a Zoido, que es precisamente lo que se intenta cambiar.

Sin embargo, hay otra opción de futuro con algunas probabilidades. Entraña cierta carambola pero es el último recurso al que a partir de marzo se agarrarán los críticos. Advierten de que la elección del nuevo presidente del PP andaluz no entraña de forma automática que sea el candidato en las próximas elecciones autonómicas.

Están previstas para primavera de 2016 pero la socialista Susana Díaz las adelantará si le conviene.

La carta que se guarda en la magna un sector del PP andaluz pasa por elegir al presidente del partido y aplazar la decisión del candidato a cuando la presidenta de la Junta convoque los comicios.

Sea cuando sea. Esta opción abre la puerta a que Fátima Báñez u otra persona del Gobierno de Rajoy desembarque en Andalucía cuando interese.

Ahora quedaría al margen pero aterrizaría de inmediato en la región si el partido necesitara de repente un candidato fuerte para competir con el PSOE. La estrategia esconde un aire maquiavélico. Lo que demuestra, en cualquier caso, es que la guerra por el control del PP andaluz no ha terminado del todo.

 

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