El patrimonio industrial de Tenerife

El elevador de aguas de la Gordejuela

El elevador de aguas de la Gordejuela
El elevador de aguas de la Gordejuela. TF

El elevador de aguas de la Gordejuela constituye una muestra actual de patrimonio industrial en un municipio del norte de Tenerife, Los Realejos.

Podemos decir brevemente que el patrimonio industrial «es el conjunto de bienes muebles, inmuebles e inmateriales que proceden de la explotación industrial».

Por patrimonio industrial se entiende además una gran variedad de productos relacionados con una determinada relación social, la capitalista, así como con un concreto sistema tecnológico: la mecanización.

En torno a si se ha de proceder a conservar o no ciertos elementos del patrimonio industrial ha existido (y existe) discusión y polémica, pues partimos del hecho de que por lo general los bienes que se engloban dentro de este tipo de patrimonio no son únicos, ya que se construyen en serie, por lo que aquello que se destruye en un lugar se puede observar en otro distinto.

Al mismo tiempo, en muchas ocasiones se crítica el significado de ese tipo de patrimonio por ser considerado de dudoso gusto estético o chocar con el ambiente (como puede ocurrir con el hoy espacio cultural El Tanque en Santa Cruz de Tenerife), ahora bien, debemos de tener en cuenta que es un tipo de patrimonio para ser entendido y no contemplado, donde el Tanque en Santa Cruz de Tenerife es muy necesario conservar, pues representa un proceso económico asociado a la historia de la isla, un elemento que de haber desaparecido, hubiéramos perdido con él una parte importante de todo lo asociado a unos determinados comportamientos en un espacio concreto. La necesidad de suelo o la fealdad estética son argumentos muy pobres expuestos por algunos sectores de la población que sin entender su pasado pretende avanzar hacia el futuro.

Los Realejos cuenta con un ejemplo de patrimonio industrial, el elevador de aguas de la Gordejuela. Un inmueble que tuvo una gran importancia en los inicios del siglo XX para la elevación del agua hasta el valle de la Orotava a través de las potentes bombas que en ese espacio se ubicaban aprovechando el agua que fluía por los manantiales de la zona.

El nombre de la Casa Hamilton aparece asociado a semejante obra de ingeniería, donde el ingeniero militar José Galván Balaguer emprendió la construcción de una obra muy compleja en un espacio donde destaca la orografía que marca un abismo peligroso. Intereses relacionados con los cultivos de exportación habían motivado la creación de tal infraestructura, donde tras la Primera Guerra Mundial la competitividad fue en aumento, viéndose obligados los Hamilton la venta a Fyffes Limited.

El estado actual es lamentable, pues poca atención se ha prestado al lugar donde estuvo ubicada la primera máquina de vapor que se instaló en la isla de Tenerife con una finalidad industrial.

El conjunto está formado por la casa en la que se alojaban los obreros, cuyo estado de conservación es bueno, a diferencia de la edificación que albergó la máquina de vapor desde la que se elevaba el agua hasta el depósito situado en lo alto del acantilado.

El valor del lugar desgracidamente no es «suficiente» para evitar una lenta, angustiosa e irremediable destrucción que acabará para siempre con un elemento que tanto valor tuvo para esta zona del norte de Tenerife.

 

 

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