Cuando España iba a conocer a su primer rival para la fase de clasificación, el destino jugó una mala pasada a los organizadores del torneo.
La papeleta llevaba el nombre de Gibraltar, incumpliendo una de las premisas del sorteo. Ni Gibraltar se podía emparejar con España, ni Azerbaiyán con Armenia. Ese es el motivo por el que Gibraltar fue a parar al grupo D de Alemania.
Sorprendentemente, el destino fue caprichoso una nueva vez más emparejando a Azerbaiyán con Armenia, por lo que este último tuvo que ir a parar al grupo D.