Según cuenta el Digital de C-LM se comenta en medios políticos que el secretario general del PSOE, Emiliano García-Page, que se ha sentido incómodo en algún momento con la «guerra» del agua de Alcázar por lo que supone de contradicción con lo que ocurre en otras ciudades gobernadas por el PSOE, incluida Toledo, ha autorizado la dura campaña contra Labrador porque, por un lado, no ha tenido más remedio que dejar hacer a los «compañeros» de Ciudad Real; por otro, porque considera que el río revuelto le beneficia, sobre todo si, tal como se está viendo, las culpas últimas se le imputan a Cospedal y se mete por medio a su enemiga «íntima» Soraya Sáenz de Santamaría, y por último, porque conviene quemar la figura de Jesús Labrador por si finalmente es candidato a la Alcaldía de Toledo, extremo del que Page está absolutamente convencido.