La Policía Nacional tiene ya en su poder el arma utilizada supuestamente para asesinar a Isabel Carrasco, la presidenta de la Diputación de León y del Partido Popular en aquella provincia.
Fuentes policiales cercanas a la investigación confirman que una mujer, al parecer policía local, ha entregado en la comisaría el revólver y que, según su testimonio, se la dio personalmente una de las detenidas -la hija- justo después del crimen.
El arma, un revólver del 22, marca ‘Taurus’ -lo que explica que no aparecieran casquillos en la escena del crimen- entregada coincide con el calibre de las balas que mataron a la líder del PP leonés.
En el tambor faltan tres balas, las que se alojaron en el cuerpo de la víctima.
La mujer, policía local y amiga de Montserrat, explicó que este había dejado todo dentro de una bandolera en su chiche y que hasta entonces no había visto lo que había en su interior, versión que no ha sido aceptada por los interrogadores.
Según el informe preliminar, se efectuaron tres disparos, alguno de ellos en la nuca o en la cabeza porque la autopsia revelaba «destrucción de centros nerviosos superiores».
La tercera implicada ha asegurado ante la policía que no sabía lo que contenía el bolso que la entregaron donde se encontraban el arma con la que supuestamente María Montserrat González ejecutó a la presidenta.
Pablo Antonio Martínez, inspector jefe de la Policía Nacional de Astorga, padre y marido de las dos detenidas por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, ha reiterado a sus superiores de que tiene su arma reglamentaria en su poder y que el revolver con que se efectuó el crimen, no es ni ha sido nunca suyo.
Montserrat González lo reconoció este 13 de mayo de 2014, por la tarde, ante los agentes del Cuerpo Nacional de Policía encargados de la investigación del asesinato de la presidenta de la Diputación y del Partido Popular de León, Isabel Carrasco: había sido la autora material de los disparos y lo había hecho por una inquina personal quetenía contra ella desde hace años.
Ambas mujeres permanecen retenidas en comisarías diferentes de León (la madre en la de San Andrés de Rabanedo y la hija, en la de la capital).
