CiU y ERC –los dos partidos que se disputarán el domingo la victoria de las europeas en Catalunya según las encuestas– han evitado el ‘cuerpo a cuerpo’ en el debate de candidatos de TV3, y han optado por ofrecer sus propuestas sin entrar en críticas cruzadas.
Tras unos últimos días de campaña marcados por reproches mutuos, nacionalistas y republicanos han apartado sus rencillas, han mostrado plena sintonía en la ‘hoja de ruta’ soberanista y han dejado a un lado la política de recortes que han aplicado con el último presupuesto catalán aprobado.
El candidato de ERC, Josep Maria Terricabras, se ha permitido incluso desear un buen resultado en las elecciones del domingo a CiU e ICV-EUiA, argumentando que todas las fuerzas que avalan la consulta deben lograr muchos votos para reforzarla.
Así, han quedado atrás polémicas de campaña como la del vídeo de ERC caricaturizando al líder de CiU en Madrid Josep Antoni Duran –que enfadó a los nacionalistas–, o la del presidente Artur Mas exigiendo a los republicanos tener «dos dedos de frente» al hacer según que críticas en campaña.
El único matiz sobre la consulta que han demostrado es que, mientras Tremosa ha pedido un aval a CiU para reforzar al presidente Mas porque es quien lidera el proceso, Terricabras ha censurado que se quiera «patrimonializar» la consulta diciendo que, si le va mal a Mas, se debilitan las opciones de votar el 9 de noviembre.
El candidato de ICV-EUiA, Ernest Urtasun, también se ha mostrado partidario de defender la consulta a nivel europeo, pero ha marcado distancias con CiU afirmando que desea un mal resultado de la federación en estos comicios «porque la gente debe castigar a un Govern que le está recortando la vida».
GRANDES FAMILIAS EUROPEAS
Los candidatos de PP, PSC y UPyD han mantenido su rechazo a la consulta tal y como la han pactado CiU, ERC e ICV-EUiA: el socialista Javi López insiste en que es un cuestión sobre todo interna que deben dirimir Mas y Rajoy; y el popular Santi Fisas y Teresa Giménez Barbat (UPyD) la han rechazado de plano.
PP y PSOE han centrado su estrategia en reivindicar que forman parte de las dos grandes familias europeas –la popular y la socialista–, por lo que representan las dos grandes visiones que hay encima de la mesa y, por tanto, el verdadero voto útil en los comicios.
Urtasun ha negado esta tesis, asegurando que socialistas y populares ya tienen un pacto ‘cocinado’ tras el 25 de mayo y que lo único que representan es lo mismo: la Europa que avala que sea la Troika y no el Parlamento Europeo quien tome las principales decisiones.
En el primer debate de TV3 en que participa UPyD –fruto del eurodiputado que lograron en las últimas europeas–, Teresa Giménez Barbat ha cargado contra los nacionalismos «profundamente reaccionarios» que amenazan la unidad de Europa, y ha acusado a PP y PSC de apuntalar estos nacionalismos.
Pese a que el ataque sufrido el miércoles contra el coche del ministro Cristóbal Montoro ha protagonizado la campaña durante toda la jornada, en el debate entre los seis candidatos no se ha hecho ninguna alusión a lo sucedido en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), ni a si existe un clima de crispación política en Catalunya.
POCOS RIFIRRAFES
La poca tensión que los comicios europeos suscitan entre la sociedad –todas las encuestas apuntan a una baja participación– se ha trasladado al debate, en el que, pese a las discrepancias sobre cómo encarar el proceso soberanista en Europa o las recetas para salir de la crisis, han escaseado los enfrentamientos directos entre unos y otros candidatos y ha predominado el ‘fair play’, aunque ha sido un debate vivo en réplicas y contrarréplicas.
Así, y más allá de pequeñas discusiones para remarcar aquellos espacios con voto fronterizo entre CiU-ERC, entre ERC-ICV-EUiA, entre PSC e ICV-EUiA, entre CiU-PP y entre PP-UPyD, no ha habido discusiones duras, y el momento más tenso lo ha protagonizado Fisas cuando, discutiendo con Tremosa sobre el Corredor Mediterráneo, le ha espetado al nacionalista un sonoro «¡Que no te enteras!».
