Constituye el peor legado de la crisis más duradera desde la democracia. Y es, con mucha diferencia, uno de los grandes retos a los que se enfrenta el mercado laboral español.
El paro de muy larga duración crea un grave problema de exclusión social en el presente, una vez que el desempleado agota las prestaciones sin una fuente de ingreso.
Pero sobre todo genera un grave desequilibrio para el futuro: a mayor tiempo parado, menos probabilidades de hallar un trabajo.
Los datos hechos públicos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), relativos a la submuestra de la Encuesta de Población Activa (EPA), revelan que Galicia cerró el pasado 2013 con 61.700 parados que perdieron su trabajo hace más de tres años.