El coordinador general de Izquierda Unida bajo el impacto de 'Podemos'

Cayo Lara, el líder castellanomanchego, que ha perdido la cabeza política

Su última andanada de radicalismo y desestabilización ha sido poner en duda la legitimidad del Congreso de los Diputados

Cayo Lara, el líder castellanomanchego, que ha perdido la cabeza política
Cayo Lara. PD

Profundamente contrariado por el fulgurante ascenso del populismo de Podemos y la creciente división interna en su partido en torno a su propio liderazgo, el coordinador general de Izquierda Unida, el castellano-manchego Cayo Lara, ha creído que el mensaje de las urnas en las elecciones europeas es incrementar aún más su política radical y levantisca y añadir más tensión social a la vida pública nacional, y a eso es a lo que lamentablemente se viene dedicando en las últimas semanas.

Y subraya ‘El Digital de Castilla-La Mancha’ que, si bien nunca ha sido un político moderado ni confiable, y son conocidas sus tendencias totalitarias, la escalada verbal que está protagonizando en las últimas semanas, especialmente intensa contra la Monarquía y la estabilidad nacional, parece absolutamente innecesaria y fuera de lugar, y sería incluso peligrosa si la sociedad española no estuviese muy por encima de políticos de tan corta distancia como este Cayo Lara.

La última andanada de radicalismo y desestabilización de Lara ha sido poner en duda la legitimidad del Congreso de los Diputados, en una de sus peores y más lamentables intervenciones públicas.

Olvidando todo sentido del pudor democrático y de las reglas del juego que nos hemos dado los españoles, y tensando por completo su disparatado discurso, Cayo Lara ha vuelto a confundir su opinión y la de los suyos con la opinión de la sociedad española y asegura que el Congreso no tiene legitimidad porque está en contra de lo que opina la mayoría de los ciudadanos, unas palabras tan arbitrarias como surrealistas que demuestran que el camino del populismo y la demagogia emprendido por el líder de Izquierda Unida no tiene retorno.

Lejos de aportar ninguna estabilidad institucional ni soluciones reales de ningún tipo a los problemas de la sociedad española, este político castellano-manchego sólo parece aspirar a crear tensiones entre los ciudadanos y lanzar mensajes incendiarios que resultan realmente incomprensibles.

Populismo por votos, que parece ser su verdadero y único interés. Cuestionar la legitimidad del Congreso de los Diputados en una democracia plena, madura, completa y consolidada como la nuestra es un ejercicio tan irresponsable como indignante, y creemos que el pueblo español no se merece en modo alguno a este tipo de líderes disparatados.

Cayo Lara tiene todo el derecho a pedir un referéndum por la República, pero no lo tiene, al menos moralmente, a salirse de la ley para conseguirlo ni utilizar discursos de división entre los españoles, y menos a cuestionar las instituciones legales y democráticas que legítimamente representan a la sociedad española.

Todo cabe en la democracia si se utilizan la ley y las instituciones democráticas como cauces.

A la vista de este comportamiento, cada vez entendemos mejor las inclinaciones castristas y chavistas de políticos como este, y esperamos que los espejismos populistas de estos días, tan peligrosos en las sociedades modernas, desaparezcan cuanto antes del horizonte.

 

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