Un extenso reportaje del diario El País sacaba esta semana las vergüenzas a los responsables de la construcción de cientos de depuradoras de aguas residuales de toda España que fueron paralizadas a raíz de los cambios políticos que se produjeron en las elecciones autonómicas y municipales de 2011.
La mayoría se paralizaron, pero la cosa venía de lejos ya que otras estaciones de depuración ya construidas nunca se pusieron en marcha por los altos costes de mantenimiento.
Fueron decenas de proyectos millonarios que se hicieron a la sombra del boom del ladrillo y sin calcular en absoluto las consecuencias.
El diario de Prisa ponía como ejemplo de esta deplorable situación cinco depuradoras de Castilla-La Mancha, todas ellas en la provincia de Guadalajara. Ninguna de las cinco funciona y tres de ellas han sido saqueadas y gran parte de sus instalaciones destruidas.
De la depuradora de Torrejón del Rey-Galápagos se han llevado las tapas de las alcantarilla, de los sumideros, las plataformas que coronaban los tanques, las patas de un contenedor elevador de fangos que debía tener unos quince metros de altura… Ha desaparecido cualquier cosa con valor en el mercado negro; sobre todo, los objetos electrónicos y el metal, que se pueden vender al peso.
Es una de las cinco depuradoras de residuos urbanos de la zona del Alto Henares proyectadas por el anterior gobierno autonómico socialista y abandonadas desde julio de 2011, ya con el PP en el ejecutivo, cuando estaban casi completamente terminadas; la constructora paró las obras porque llevaba once meses sin cobrar, cuenta El País.
Hasta entonces se habían invertido 8,9 millones de los 11,3 presupuestados, y la Comisión Europea (que tiene abiertos varios procesos contra España por incumplir la normativa de depuración) ya ha aportado 4,84 millones, pues el proyecto «está ejecutado en un 89%», según el Ministerio de Hacienda.
Aparte de la de Torrejón están las de El Casar y Valdeaveruelo «también vandalizadas y desvalijadas»; en la segunda, el interior de las oficinas está quemado y se han llevado todo tipo de material, incluido el portón de entrada al recinto. Las otras, Valdenuño-Fernández y Mesones, están simplemente abandonadas. El problema no es solo de Castilla-La Mancha.
El diario madrileño desvela que En Aragón se acaban de retomar las obras de una quincena de depuradoras tras un litigio con la concesionaria; en Málaga, un informe del Colegio de Ingenieros de Caminos detectó hace un año siete abandonadas; en un pueblo de Ourense, Pereiro de Aguiar, la planta nunca llegó a funcionar por un fallo de construcción…
Todo ello, afirma El País, «mientras España tiene abiertos tres procedimientos por incumplir la normativa europea. Aunque el 84% de las aguas se depuran correctamente, el Tribunal de Luxemburgo condenó a España en 2011 porque 38 ciudades de más de 15.000 habitantes no lo hacían».
El Gobierno anunció hace 10 días la construcción en seis años de 400 depuradoras para cumplir «las exigencias comunitarias».
Costarán 1.100 millones. Pero no está claro cuáles serán las que correspondan a Castilla-La Mancha (la Junta anunció en marzo un plan para construir 78 entre este y el próximo año).
Aunque las cinco depuradoras indicadas son las que están en peor estado, según la Junta, en la provincia de Guadalajara hay otras 10 plantas que se quedaron a medias, tal como afirman los alcaldes de la zona. Y en toda la Comunidad, 136 proyectos se paralizaron en 2011.
La explicación de una portavoz del Gobierno castellano-manchego al diario de Prisa es el «agujero» que dejó el anterior Ejecutivo socialista en la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha. La misma portavoz ha afirmado que medio centenar de obras se han retomado, que la mitad ya están listas y que esas cinco en peor estado se reiniciarán en breve.
