El extesorero de UGT-A detenido era un «títere» de Manuel Pastrana

Federico Fresneda Heredero; el sindicalista que manejaba el dinero y fumaba puros

Lo llamaban «Frigorífico» (por su mala vocalización) o «Freddy» (por el protagonista de la saga de películas de terror «Pesadilla en Elm Street»

Federico Fresneda Heredero; el sindicalista que manejaba el dinero y fumaba puros
Manuel Pastrana. UT

Fresneda no tuvo reparos en pavonearse de los traumáticos despidos charlando en voz alta con dirigentes de las las uniones provinciales en los pasillos de la sede regional en Sevilla

Escribe Antonio R. Vega en ‘ABC‘, donde día si y día también deja al desnudo la magancia en su región, que la historia de los últimos quince años de UGT Andalucía no puede explicarse sin el tándem indisoluble que formaron Federico Fresneda Heredero y Manuel Pastrana en el cuadro de mandos.

Fue el hombre que llevaba las cuentas y las relaciones con los proveedores, el brazo ejecutor de Pastrana en la fontanería interna del sindicato. En la UGT-A «no se movía un papel sin el conocimiento de Pastrana», aseguró una de sus víctimas, Laureano Conde, el delegado sindical al que despidieron, en un proceso sumario, por borrar archivos.

Fresneda accedió a la primera ejecutiva regional de Pastrana en marzo de 1998 desempeñando los cargos de secretario de Administración y luego tesorero del sindicato.

No dejó la cúpula hasta mayo del pasado año, cuando el exlíder ugetista se batió en retirada asediado por las primeras denuncias de despilfarro publicadas por ‘ABC‘.

Hasta su ascenso, este trabajador jubilado de un banco dirigía la antigua Federación de Bancos (Febaso) de UGT en Sevilla.

Los más veteranos de la organización recuerdan que «Pastrana le debía favores» porque Fresneda cambió de barco en el último momento en el congreso de 1998 que desbancó a Juan Mendoza (el aspirante de Cándido Méndez) como secretario general por un exiguo margen de cuatro votos.

El apoyo en el último momento de Federico Fresneda y de su federación, la más grande de Andalucía, acabó entregándole el timón a Pastrana en aquel cónclave celebrado a tumba abierta.

A Fresneda no le quedan muchos amigos en la organización. Su fama de jefe autoritario tiene mucho que ver con esa desafección y con los apodos que se fue granjeando dentro de la Casa.

Lo llamaban «Frigorífico» (por su mala vocalización) o «Freddy» (por el protagonista de la saga de películas de terror «Pesadilla en Elm Street»).

Sus gustos sibaritas tampoco casaban con la imagen tradicional de un sindicalista curtido en la fragua de las manifestaciones y las interminables negociaciones de los convenios de empresas.

Solía fumar puros caros, de Cohiba y Montecristo, en las reuniones internas y vestía ropa de marca.

«Le gustaba aparentar que mandaba, aunque en realidad era un títere en manos de Pastrana, que le echaban unas broncas de órdago».

Hay un pasaje que retrata su carácter. Cuando negoció el primer ERE del sindicato, anunciado al día siguiente de que UGT-A y CC.OO.-A montaran una huelga general contra la reforma laboral de Mariano Rajoy, Fresneda no tuvo reparos en pavonearse de los traumáticos despidos charlando en voz alta con dirigentes de las las uniones provinciales en los pasillos de la sede regional en Sevilla.

 

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