La Cámara de Cuentas cuestiona su elevada retribución como directivo

La Junta de Andalucía pagó 170.000 euros de sueldo a Bernat Soria y colocó a su mujer

El exministro de Zapatero 'se lo llevaba' en un centro de la Fundación Progreso y Salud

La Junta de Andalucía pagó 170.000 euros de sueldo a Bernat Soria y colocó a su mujer
Bernat Soria. AO

Bernat Soria vio duplicadas sus retribuciones tras dejar en abril de 2009 la cartera de Salud y Consumo en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

El 4 de mayo de 2009 el exministro se reincorporó como director del Departamento de Células Troncales del Centro Andaluz de Medicina Biomolecular y Medicina Regenerativa (Cabimer), un centro gestionado por la Fundación Progreso y Salud (adscrita a la actual Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales) donde también trabaja su esposa, Verónica Juan-Quilis, como directora de la Biblioteca Virtual del Sistema Sanitario Público Andaluz (sin proceso selectivo).

Según una auditoría de la Cámara de Cuentas de Andalucía que fiscalizó la contabilidad de la fundación en el año 2010, Bernat Soria ganaba 170.438,51 euros brutos anuales, incluyendo las nóminas, dos pagas extra y los incentivos.

El órgano fiscalizador cuestiona sus emolumentos, que superan a los del propio director del Centro Cabimer (151.508,91 euros).

Como explica Antonio R. Vega en ‘ABC‘, los auditores advierten de que ambas retribuciones «son superiores a las establecidas en la tabla retributiva del personal directivo de 2010 tras la revisión de las mismas en aplicación del decreto ley 2/2010, de 28 de mayo», que impuso una reducción de los salarios del sector público con el objetivo de reducir el déficit.

El científico valenciano es experto en la investigación con células madre embrionarias en España, una de las banderas ideológicas de la Junta en su estrategia de confrontación con los gobiernos del PP. Soria había dirigido el Centro Cabimer antes de que Zapatero lo llamara.

Durante los dos años que permaneció en el Ministerio, tuvo reservado su puesto, pero al estar ocupado, el centro gestionado por la fundación pública lo puso al frente de uno de los departamentos con idéntica categoría y la misma retribución que antes de irse al Ministerio, en julio de 2007.

La iniciativa de repescarlo partió de la Consejería de Salud, que se encargó de buscarle acomodo e invitó al exministro a regresar a la sanidad andaluza a las pocas horas de confirmarse su salida del Gobierno.

«Ser ministro es hacer un máster de alto nivel y la matrícula es muy cara», proclamó Soria en su despedida.

Durante unos meses, simultaneó el cargo en el Centro Andaluz de Biología Molecular, situado en la Isla de la Cartuja en Sevilla, con su escaño en el Congreso de los Diputados por el PSOE, que dejó el 30 de octubre de 2009.

La Cámara de Cuentas llama la atención sobre el hecho de que «tras su reincorporación no se actualizó la tabla salarial de categorías, cuyo máximo había quedado válido para todos los profesionales salvo para él».

El gerente de la Fundación Progreso y Salud, Juan Jesús Bandera González, defendió, respondiendo a ABC, que al estar en situación de reserva durante los dos años en que fue ministro, Soria tenía derecho a que se le reconocieran la misma categoría y retribuciones.

Reconoce que durante unos meses el científico «estuvo temporalmente fuera de las tablas salariales», que se actualizaron cuando él era ministro, pero que la situación se regularizó poco después.

El Cabimer vio la luz en 2005 gracias a un convenio entre la Junta, las universidades sevillanas Hispalense y Pablo de Olavide y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Está considerada como la mayor instalación de España de investigación en terapia celular y medicina regenerativa.

El director de la fundación explicó a este periódico que este centro, al igual de los otros que gestiona desde el punto de vista administrativo, tiene su propio consejo rector que es el que decide las personas a las que contrata siguiendo las pautas que le marca la entidad pública.

A la hora de fichar a los directivos se exige que se haga mediante convocatoria pública y garantizando los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad, alegó.

Su esposa, directiva

Los auditores, después de dos años de trabajo de campo analizando la fundación, certificaron que en la mayoría de los contratos se cumplían estos requisitos, salvo en dos casos: el director científico de Cabimer y la directora de la Biblioteca Virtual del Sistema Sanitario Público Andaluz, el cargo que ocupa la esposa de Bernat Soria desde septiembre de 2005, según recoge su perfil en la red LinkedIn.

«No hay constancia de que se realizaran de acuerdo con los principios establecidos en la Ley 7/2007», advirtieron. Desde la Fundación también tienen una explicación para estas salvedades.

Bandera argumentó que no procede ningún proceso selectivo ya que no se trataba de un nuevo contrato sino de su subrogación. La Escuela Andaluza de Salud Pública fue liquidada y su personal, entre las que se hallaba Verónica Juan-Quilis, fue absorbido por la Fundación Progreso y Salud.

 

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