Operarios del Ayuntamiento de Granada ya han retirado en la mañana de este miércoles el monolito dedicado al fundador de La Falange, José Antonio Primo de Rivera, en la Plaza de Bibataubín, para acatar así la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que consideró que incumplía la Ley 52/2007 de Memoria Histórica.
Según ha explicado a Europa Press el portavoz del equipo de gobierno local, Juan García Montero (PP), la escultura ha sido desmontada en pocas horas y «en unos días» será sustituida por otra obra del mismo autor, Francisco López Burgos.
Concretamente, en su lugar irá ubicada ‘La soledad’, una escultura de una niña con la que la capital quiere recordar que ha sido elegida por Unicef durante dos años consecutivos como ‘Ciudad de la Infancia’.
Durante años, colectivos memorialistas pidieron que la obra de López Burgos fuera retirada de la plaza céntrica que ocupaba hasta este miércoles, pero el Ayuntamiento siempre consideró que la figura tenía una protección artística, una excepción contenida en la Ley estatal de Memoria Histórica que aprobó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que impedía su desalojo.
De hecho, el presidente del PP granadino, Sebastián Pérez, siempre ha dicho que no veía en el monumento una exaltación del fascismo sino «una obra de arte» del «mejor escultor granadino del siglo XX», Francisco López Burgos.
Según señaló, el hecho de que el monolito recuerde al fundador de la Falange nada tiene que ver, en su opinión, con su «calidad artística». «Como si estuviera dedicado a Concha Piquer, lo importante es el valor que tiene», mantuvo.
Escritores e intelectuales granadinos también alzaron su voz contra el monolito instalado en 1972 en pleno centro de Granada, entre ellos, autores como Luis García Montero, Juan Vida, Fernando Valverde, Daniel Rodríguez Moya o Javier Bozalongo, que editaron de su bolsillo el libro de poemas ‘Un árbol en lugar de una estatua’. Los promotores de la iniciativa sostenían que la estatua, lejos de ser un homenaje a una persona concreta, constituía un homenaje a una ideología.
Finalmente, el Ayuntamiento ha tenido que obedecer la sentencia del TSJA, de fecha 7 de abril, en la que los magistrados estimaban el recurso de apelación formulado por la Abogacía del Estado a la sentencia que dictó en su día el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 1 de Granada.
