El ex presidente del Deportivo, Lendoiro, recibió tres días antes del partido una llamada telefónica de Sergio, que entonces jugaba en el Levante y le dijo: «Presi, vais a bajar a Segunda, el partido está arreglado».
Según informa la revista Interviú, Lendoiro quiso saber más y según consta en la denuncia: Sergio Ballesteros era uno de los principales muñidores.
Ballesteros habría sido, según fuentes conocedoras de las pesquisas, el que habría organizado el cobro y decidido también que el dinero se repartiera no solo entre los futbolistas del Levante que jugaron ese partido, sino entre toda la plantilla, de ahí que cada jugador tocara a unos 35.000 euros por el amaño.