La infancia del delantero del Atlético de Madrid estuvo marcada por la terrible guerra. A los 5 años, Mandzukic dejó a la carrera su hogar, ubicado en el costado bosnio del río Sava, que divide la ciudad en dos partes. Al otro lado del puente le esperaba el sufrimiento de los centros de acogida, atacados continuamente por grupos violentos de serbobosnios. Esa cruel experiencia, esa infancia entre balas y muertos, moduló el carácter del delantero.