"La dinámica de buscar la división y el enfrentamiento no conduce a nada"
El presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, ha afirmado que este lunes 17 de noviembre de 2014 contestará a la carta del presidente de la Generalitat, Artur Mas, y que visitará Catalunya para «defender los intereses» de los catalanes».
Desde la ciudad de Brisbane (Australia), donde se ha celebrado la cumbre del G-20, se ha comprometido a responder a la carta, en la que Mas ofrece establecer un «diálogo permanente entre los dos gobiernos y pide al Gobierno central la celebración de una «consulta definitiva» sobre la independencia de Catalunya.
Rajoy ha confirmado que viajará a Catalunya para explicar que no quiere que tengan que elegir entre ser catalanes o españoles:
«Les voy a decir que siendo españoles, catalanes y europeos también están en el G-20 y les voy a explicar que en el mundo de hoy no conviene a nadie estar aislado».
En este sentido, ha insistido en que va a explicar sus argumentos y a decirles que
«Catalunya ha ido bien cuando han tenido dirigentes que han buscado el acuerdo y el pacto».
En este punto, ha advertido de que
«la dinámica de buscar la división y el enfrentamiento no conduce a nada».
«NO QUIERO EXPULSARLES DE EUROPA»
«Voy a decirles que no quiero expulsarles de Europa, del euro o del G-20, que quiero que estén integrados con nosotros»,
ha reiterado el mandatario español, que regresa este domingo a España después de participar en la cumbre de las veinte principales economías del mundo.
«Yo voy a trabajar en Catalunya, como hago siempre. Voy a explicar a los catalanes que tenemos un buen momento para superar varios años de crecimiento negativo en el país y que ahora es el momento para consolidar todas la políticas. Voy a hablar de la situación económica, de empleo, de generación de bienestar y riqueza y de todos esos tema que preocupan a los ciudadanos de Catalunya»,
ha sentenciado.
Por otra parte, Rajoy ha dicho que respeta la autonomía de la Fiscalía General del Estado, respecto a las investigaciones en torno a las presuntas irregulares del proceso participativo del pasado 9 de noviembre, y garantiza que no ha habido «ningún tipo de presión», ni por parte del Gobierno central ni del PP.