Se jubiló justo dos días después de la muerte del joven
Nadie da la cara, y parece que todo se quedará en nada.
Una vecina de Bunyola ha testificado este miércoles 26 de noviembre de 2014 en el juzgado que investiga la muerte de David Grimaldos electrocutado por una farola en la madrugada del 31 de agosto de ese año.
La mujer se ha mostrado tajante al asegurar que alertó al electricista municipal de que la misma daba unos calambres de aúpa, aunque al parecer no le hicieron ni caso.
El electricista: «Estaba de vacaciones»
El aludido echa balones fuera y afirma ante el juez que avisó a los servicios del Consistorio, aunque hay alguna contradicción, ya que a renglón seguido apunta que no tenía ningún aviso.
El imputado, según da cuenta ‘Ultima Hora‘, se jubiló justo dos días después de la muerte del joven, y declaró que en los 36 años en los que trabajó para el Ajuntament nunca revisó esa instalación y que
«no existe ninguna normativa que obligue a una revisión periódica de las farolas, por lo que sólo se actúa en ellas cuando hay un problema».
Sobre un apaño que había para conectar unos cables aseguró que desconoce quién lo hizo, pero que pudo ocurrir cuando él estaba de vacaciones.