El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció tras el 9N que acudiría a Cataluña para «explicarse mejor que hasta ahora».
Ese viaje se ha producido este sábado, en la clausura de unas jornadas del PP en Barcelona, donde el jefe del Ejecutivo ha querido dejar claro que él conoce a Cataluña, que nadie tiene derecho a hablar en nombre de la región y que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, continúa con «un viaje a ninguna parte».
Rajoy, que ha estado arropado por varios cargos de su Gobierno y por barones del PP, ha recordado que ha estado 16 veces en Cataluña desde que ocupa el cargo y 117 desde que preside el PP y ha asegurado que sus ministros han visitado la Comunidad decenas de veces:
«Conozco esta tierra, sé lo que pasa, me preocupo y me ocupo de los problemas de los catalanes, sé lo que necesita su economía y sus empresas. Por eso, también puedo opinar con conocimiento de causa sobre lo que le conviene y lo que no».
Al otro lado, ha advertido de que Mas, al que ha acusado de «desgobierno», no tiene derecho a hablar «en nombre de toda Cataluña».
«Nadie tiene derecho a hablar en nombre de toda Cataluña, y menos que nadie un gobernante que ha decidido ignorar a dos de cada tres catalanes, ese menos que nadie».
«Está claro que los catalanes son muchos y los independentistas muchos menos».
Además, ha insistido en que el proceso participativo del 9N fracasó, de manera que «si Mas pretendía presentar una Cataluña independentista ha fracasado en toda regla».
«No ha hecho más que huir hacia delante, y continúa», ha dicho, además de preguntar al presidente de la Generalitat «cómo se atreve a hablar en nombre de Cataluña al pregonar la independencia» si la mayoría no le ha seguido el 9N, ha dicho.
También ha destacado que el proceso participativo del 9 de noviembre se hizo «sin censo, sin garantías y bajo una escandalosa parcialidad».
Rajoy ha pedido respeto para Cataluña porque «no puede ser un país de listas únicas», y ha contrapuesto la inestabilidad que ve en el debate soberanista con su propio compromiso por proteger las finanzas catalanas y los intereses de los ciudadanos al margen de lo que opinen.
«LOS DELIRIOS SE CALMAN CON TRANQUILIDAD»
Frente a eso y a todo el proceso, el presidente ha defendido su actitud:
«Los delirios se calman con tranquilidad, no con más alborotos».
Y ha dicho que hubo una operación de propaganda del 9N que se vino abajo.
Ha constatado que, mientras tanto, su Gobierno ha defendido la igualdad y solidaridad de los españoles, también ante el TC, y ha recordado que el tribunal le dio la razón por unanimidad tres veces: ante la declaración de soberanía, ante la Ley de Consultas y la convocatoria de consulta, y ante el 9N tal como se convocó finalmente.
«Además, hemos atendido las necesidades y preocupaciones de los catalanes, que son muchas», mientras la Generalitat ha mirado a otro lado ante esos problemas, según ha dicho el también líder del PP.
«Nunca he negociado ni negociaré sobre la igualdad de los españoles y su derecho a decidir qué quieren que sea su país».
«No voy a permitir que se ponga en tela de juicio la unidad de España».
«LA CASA SIN BARRER»
Así, ha constatado que el Fondo de Liquidez Autonómica creado por el Gobierno central ha servido para afrontar la crisis en Cataluña, y el Fondo de pago a proveedores ha servido para pagar a los farmacéuticos, entre otras aportaciones del Estado a Cataluña.
Ha acusado también a Mas y su Govern de engañar a la gente sobre la realidad económica de Cataluña, «y mientras tanto, la casa sin barrer», ha dicho, ya que ha acusado textualmente a la Generalitat de desgobierno.
LAS CRÍTICAS AL PSOE Y A PODEMOS
Por otro lado, Rajo ha defendido el ejercicio de la política desde la «moderación» y el «sentido común», y con «prudencia» frente a quienes apuestan por el «populismo» y la «demagogia», en referencia a Podemos y PSOE.
El jefe del Ejecutivo ha admitido que es tiempo de «mucha confusión» y «mucho ruido», y en el que «resulta muy fácil apuntarse al coro de los airados, los frívolos y los extremistas».
Igualmente ha lamentado que éstos «son los tiempos de las ocurrencias» y de las «soluciones fáciles o milagrosas a problemas que son muy difíciles», y por eso ha insistido en que hay que tener «coraje y valentía» para hacer política desde la moderación y el sentido común.
Aunque no ha citado explícitamente a Podemos, el jefe del Ejecutivo ha contrapuesto su política «esforzada» y «coherente», la «política de la gestión en las instituciones» frente a la de «los platós de televisión».