Aires de cambio en el PP. Desde hace algún tiempo la dirección del partido ya no disimula la voluntad de lograr un pacto de gobierno con el PSOE en la próxima legislatura.
El discurso que se cocina en Génova fluctúa al mismo tiempo que el escenario político en España. El motivo, por supuesto, es el fin del bipartidismo que ya se asoma a la puerta del Congreso de los Diputados bajo la bandera de Podemos. El objetivo del pacto sería el de neutralizar al partido de Pablo Iglesias para mantener a flote el edificio constitucional de 1978.
A ese empeño se dedica con tesón el PP aunque lo diga con la boca pequeña. Eso fue lo que le pasó a María Dolores de Cospedal. La secretaria general del PP aseguró que no descartaba un pacto con el PSOE si su partido pierde la mayoría absoluta. Sus palabras causaron tal revuelo que más tarde tuvo que matizarlas. «Es una hipótesis que no se ha planteado en el PP», dijo ya sin convencer a nadie.
Muy lejos queda ya el término de ‘frikis’ con el que Pedro Arriola, el sociólogo del PP, despachó a Podemos tras las elecciones europeas. Medio año después los ‘frikis’ ya aparecen en primera posición en intención de voto, situación que ha provocado que el PP pase de infravalorarlos a cambiar de estrategia precisamente por ellos.
Por eso a Cospedal le han seguido otros barones importantes dentro del partido. Uno de ellos es Juan Manuel Moreno Bonilla, que ha utilizado el símil de la bicicleta tándem para retratar el panorama político en Andalucía. «Quiero llevar el manillar y detrás hay un sitio en el que a lo mejor podría ir el PSOE si no se dieran las circunstancias para gobernar en solitario en la comunidad».
El líder del PP andaluz sabe que si Javier Arenas no pudo obtener una mayoría absoluta con todo el viento a favor en 2012, él, que lo tiene en contra, debe preparar ya el terreno ante un eventual empate técnico con el PSOE de Susana Díaz. Moreno Bonilla cree que ahora mismo las únicas fuerzas políticas que generan estabilidad son el PP y llegado el caso el PSOE. «Tenemos que empezar a trabajar juntos y a buscar puntos de encuentro». Si tal cosa no ocurriese sería muy probablemente porque los socialistas habrían pactado con Podemos.
De momento las encuestas no colocan a ninguna fuerza política cerca de la mayoría absoluta. Si Andalucía celebrara hoy elecciones autonómicas las urnas depararían un resultado muy ajustado entre PP y PSOE. Según el último sondeo realizado por el Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía de julio de 2014, los socialistas ganarían las elecciones con 36,87%, un margen muy estrecho sobre el PP. Los populares de Moreno Bonilla aparecen en segunda posición con un 36,17%. IU obtendría el 10%, Podemos 6,56%, UPyD 5,01% y PA 2,29%.
Pero los resultados de un sondeo más reciente publicado por la cadena SER inciden en esta tendencia: ningún partido se despega en Andalucía. La mayoría absoluta parece ya cosa del pasado. El PSOE y el PP bajan en intención de voto en detrimento de Podemos. Susana Díaz ganaría con un 31,2% de los votos mientras que la formación de Moreno Bonilla sería la segunda más votada con un 28,3%. Podemos irrumpiría con un 18,1% de votos como tercer partido desplazando a IU, que bajaría del 11% al 8,8%.
En cualquier caso el acuerdo no va a ser fácil. Sobre todo, por el reciente viaje del líder del PP andaluz a Bruselas para solicitar a la Comisión Europea que investigue la gestión de los fondos destinados a Andalucía. Moreno Bonilla denunció que una parte de esos fondos se queda por el camino. El PSOE le acusa de haber cometido una traición por haber manchado el nombre de la comunidad. Incluso el consejo de Gobierno le exige una rectificación. Moreno insiste en que en el gobierno de Susana Díaz hay una ausencia de control y fiscalización. «Hay una mala praxis en su gestión y ejecución».
La duda es saber hasta qué punto el juego político diario puede erosionar las relaciones entre Moreno y Díaz como para neutralizar un futuro pacto. Que PP y PSOE se acaben entendiendo es un deseo incluso mayor entre los principales empresarios y banqueros de España. La estabilidad está en juego, dicen preocupados. El presidente de la CEOE, Juan Rosell, el presidente de Bankia, José Ignacio Gorigolzarri, el presidente de Telefónica, César Alierta, y el presidente de Repsol, Antonio Brufau, piden sin titubeos un gobierno entre Rajoy y Sánchez.
«Los pactos políticos siempre son buenos y deben ser con contenido», sostiene Rosell. «Necesitamos partidos fuertes que compartan los mismos principios; lo importante ahora es la estabilidad», apunta Gorigolzarri. César Alierta dice que el bipartidismo ha funcionado en España. «La renta per cápita ha mejorado un 60% desde la Transición y la economía española ha llegado a superar a la de Holanda y Suecia juntas en ese periodo. Por su parte, Brufau señala que se asegura más la estabilidad con el bipartidismo que con una multiplicidad de partidos. «Pido a PP y PSOE generosidad para entender la posición del otro e intentar aproximarse. El pacto no es malo para nadie».
¿Y qué opina la otra parte del asunto, o sea, el PSOE? Pedro Sánchez sabe que si le abre los brazos ya al PP cavaría su tumba política. Otra cosa será cuando después de las elecciones las razones de Estado impongan su peso. «Ya he dicho por activa y por pasiva que no estamos dispuestos a ello». Aún más contundente es el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, que dice que populares y socialistas son agua y aceite.
En los próximos meses serán las encuestaslas que determinen la posición de PP y PSOE. Si los primeros han dejado clara su intención de pactar, los segundos lo tienen más difícil para pronunciarse en público, pues el voto de izquierdas podría arrebatárselo IU y Podemos. Cospedal y Moreno Bonilla ya han tendido la mano a Pedro Sánchez y Susana Díaz. La respuesta definitiva -en público- se hará esperar.
