Los movimientos políticos en torno al nuevo Casino de Palma son, cuanto menos, sospechosos.
Ahora que sí, ahora que no… la inusual y cambiante tónica legal es harto elocuente en el fondo y en la forma, y se atisban movimientos desde Cort que, según algunos, podrían haber propiciado, entre otras cosas, hasta el mismísimo ‘cese’ encubierto del alcalde de Palma, Mateo Isern.
De fondo, mientras tanto, suenan las olas de la Playa de Palma…
¿EN LA FISCALIA NOS VEREMOS?
Y es que tras denegar en las últimas horas el consejo de Gerencia de Urbanismo la licencia, todo son despropósitos, y ya hay quien dice que todo esto acabará de un momento a otro en la Fiscalía.
Sea como fuere, y de momento, el Grupo MÉS ha exigido la comparecencia en el Parlament del conseller de Economía y Competitividad, Joaquín García, para que explique el «desbarajuste»y el «vodevil» del concurso.
En un comunicado, la formación considera que este segundo concurso es el
«colofón de la acción de gobierno absolutamente ineficiente y absurda»,
y recuerda que el ejecutivo puso en marcha en 2012 el concurso del segundo casino con el fin, «supuestamente», de activar la situación económica y crear puestos de trabajo.
El diputado nacionalista Miguel Àngel Mas ha señalado que, dejando a un lado el debate sobre el modelo económico y la necesidad y conveniencia de un nuevo casino, «lo cierto es que el Govern ha fracasado absolutamente».
«Tras más de un año y medio de trabajo, doce resoluciones de la Conselleria de Economía, cinco publicaciones en el BOIB, dos en el Diario Oficial de la Unión Europea, doce informes jurídicos y técnicos, ocho reuniones de la mesa compuesta por nueve personas muy calificadas durante más de tres horas, más de 70 cartas, cientos de folios, etcétera…,finalmente dan la autorización para instalar el segundo casino de Mallorca en un proyecto que no puede hacer el casino»,
ha criticado Mas.
El diputada ha afirmado que el Govern «tan solo» debía haberse coordinado con el Ayuntamiento de Palma, también del PP, pero «ninguno de los dos han sido capaces».
De manera especial,
«en un momento en que es exigible la máxima eficiencia e inteligencia en la gestión de unos recursos que son escasos y caros».
En opinión del diputado,
«esta forma de gestión pública no resulta aceptable, sino que es exigible eficiencia y cuidado en la gestión del dinero de todos los ciudadanos».