Mendacidad

Mendacidad
Fernando Ayala Vicente

Cuando el Partido Popular en Extremadura insiste en que no va a realizar marketing para defender sus presuntas obras y a continuación inunda de vallas nuestras carreteras, llena de ruido las emisoras de radio, enturbia las cabeceras de los periódicos o altera nuestra tranquilidad al comenzar una película en el cine, está insistiendo en la repetición de la mentira.

Cuando al enfrentarnos a nuestros hermanos andaluces, siendo criticados hasta la saciedad hasta por sus compañeros de Partido y observamos, entre algún propagandista de nómina, expresar como principal argumento que ha sido una polémica artificial, están de nuevo recurriendo a la mendacidad.

Muchos ejemplos más podríamos dar, como cuando quisieron purgar sus culpas aludiendo a la memoria histórica, comprando el dolor de nuestras mujeres mayores con una paga compensatoria.

Es la táctica de aquellos dirigentes autoritarios que piensan que a base de repetir falacias los ingenuos van a pensar que son realidades. Quizás piensen que debido a que se han cargado la educación para la ciudadanía la gente va dejando de tener conciencia crítica de lo que les rodea. O bien que a base de insistir en que hemos llegado al fin de las ideologías sea buena la máxima de algún predecesor sobre » haga como yo, no se meta en política».

Cierto es que para contrarrestar estas pavorosas situaciones se necesita tener en frente a una población movilizada. A eso se le une el hecho de que se precisa tener una oposición formada, creíble, con posibilidades de unir, reconocida y con respuestas inmediatas ante cualquier desafuero. Ahora que muchos de los que claman contra las políticas culturales del Gobierno y recuerdan la enorme labor que en ese sentido hicieron las políticas socialistas, sería buen momento para parafrasear a Sabina: «Nos sobran los motivos».

En unos días desde el sur nos dirán que existe esperanza, que no podemos resignarnos, que los problemas no se solucionan desde la tranquilidad de los proyectos a largo plazo. La inmediatez de la política del siglo XXI hace que tengamos que estar permanentemente expectantes. Luchemos contra la mentira. Combatamos su reiteración. Evitemos que la mendacidad, la insistencia en ponerla en práctica, sea la hoja de ruta de los que disponen la acción política de las élites conservadoras. Estamos preparados. Ahora.

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