Cuando se sale escarmentado de un debate televisivo es frecuente que no tarde en aparecer el instinto de supervivencia reclamando un nuevo micrófono para sepultar errores pasados. Es el guion que ha repetido hasta en dos ocasiones Susana Díaz, que cuenta sus duelos televisivos por derrota y que ahora se lanza a la yugular de Rajoy tras el fiasco del lunes en TVE frente a Moreno Bonilla y Antonio Maíllo.
La presidenta de la Junta de Andalucía, que perdió los nervios con sus constantes interrupciones al candidato popular, necesitaba ayer algo más pesado que una cortina de humo para olvidar la pérdida de papeles y la falta de argumentos mostrados en el segundo y último debate antes de la cita con las urnas el próximo domingo.
El camino elegido por Díaz ha consistido en recoger el guante que lanzó Juanma Moreno al proponer la eliminación del aforamiento a los diputados andaluces. La candidata socialista exige al presidente del Gobierno que se atreva a hacer lo mismo en el Congreso de los Diputados. Y que zanje el debate antes del domingo en toda España.
Aunque el PP lleva en su programa para la región la modificación del Estatuto de Autonomía de Andalucía para eliminar el aforamiento de los 109 diputados andaluces, no parece probable que Rajoy traslade la cuestión a las Cortes españolas. Sin ir más lejos el pasado 12 de septiembre el grupo popular rechazó la moción presentada por UPyD para promover una reforma constitucional exprés que reduzca el número de los aforados. La iniciativa contó con el respaldo del PSOE y de la Izquierda Plural, mientras que nacionalistas vascos y catalanes se abstuvieron.
RAJOY DARÁ UN MITIN EN VALENCIA EL DÍA DE REFLEXIÓN EN ANDALUCÍA
«A mí me sorprende que esta propuesta llegue tarde. Hace un mes lo dijimos casi todos los partidos del arco parlamentario menos el PP, y Rajoy se negó. Esto es tan fácil como que levante el teléfono y le diga a Rajoy: que lo que te han pedido todos los partidos políticos lo aceptes. Y si Rajoy lo acepta no hay más debate. Que llamen a Rajoy y que quede zanjado en toda España antes del domingo», dice retadora la presidenta andaluza.
Ni siquiera Susana tiene piedad de Rajoy al que critica por su intensa participación en la campaña andaluza, una estrategia diseñada para paliar la falta de gancho de Juanma Moreno, que no es precisamente el candidato más conocido de la historia del Partido Popular andaluz. Díaz va más allá porque incluso duda de la honestidad del presidente por celebrar este sábado un mitin en Valencia, día en el que se suspenden los actos en Andalucía debido a la jornada de reflexión.
Mucho menos tiempo tardó Díaz en reaccionar cuando naufragó en el primer debate. La presidenta andaluza, quizá enfadada consigo misma, ni siquiera esperó a salir de los estudios de televisión para valorar su papel en el programa-debate. Los periodistas que seguían el acto in situ no esperaban unas declaraciones tan en caliente. Era como seguir jugando el partido cuando el árbitro ya ha pitado el final, pero tal actitud quizá sea comprensible debido al contexto: el duelo se celebró en Canal Sur, que para el PSOE es como jugar una final de Champions en casa.
A estas alturas -última semana de campaña- no debe de extrañar el recrudecimiento de los ataques entre los principales candidatos, que además se muestran nerviosos ante la incertidumbre que arrojan las encuestas sobre el primero de los cuatro comicios que tendrán lugar este 2015 llamado a expedir el certificado de defunción del bipartidismo. A ello aspiran Ciudadanos y Podemos, que ambicionan algo más que ser el actor secundario de esta democracia.
EL PSOE DE DÍAZ, 33 AÑOS DE CONTINUISMO
En la otra orilla Juanma Moreno pone todas sus fuerzas en atacar a Díaz. Quizá sea la mejor estrategia en tanto que los ataques del PP a Ciudadanos no han hecho sino beneficiar a éstos. Si Rafael Hernando y Antonio Sanz se mantienen en silencio tanto mejor para Moreno Bonilla, que no concibe más rival que el PSOE y que ahora lamenta no haberse enfrentado a solas contra la presidenta después de comprobar en los debates a tres que no era tan fiera como la pintaban.
El candidato del PP entiende que la reacción de Díaz de hablar de Rajoy no es más que una coartada para no eliminar los aforamientos de los 109 diputados del Parlamento andaluz. Llevar a cabo esta medida es mucho más sencillo que hacerlo a nivel nacional, ya que en Andalucía bastaría con modificar el estatuto de autonomía mientras que en el Congreso de los Diputados habría que cambiar la Constitución.
Más allá de la disputa por el fin del aforamiento, el PP explotará en estos tres últimos días de campaña electoral la baza de que votar al PSOE es reincidir en el problema histórico de la región -el desempleo- y en otro más nuevo y no menos preocupante: la corrupción. Los socialistas llevan más de tres décadas al frente de Andalucía y Juanma Moreno cree que eso es aval suficiente para que la gente obvie «el continuismo de 33 años de Susana Díaz» y se decida por él, «la opción nueva».
