El agua es esencial para la vida y el desarrollo sostenible e indispensable para la salud y el bienestar humanos, así como, para la preservación del Medio Ambiente, pues los recursos hídricos y servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.
El acceso al agua, fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como un derecho humano, pero millones de personas en el mundo carecen de este elemento vital.
Por este motivo, un año más, desde 1993, se celebra El Día Mundial del Agua, con el fin de destacar la función esencial de este elemento y mejorar las condiciones de la población mundial que sufre problemas relacionados con el agua y, reflexionar acerca de la gestión de los recursos hídricos en el futuro.
El evento oficial de ONU-Agua de este año se lleva a cabo, en el día de hoy, en Nueva Delhi, India, presentando el Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2015: «Agua para un mundo sostenible», ya que el lema de este año es, «Agua y Desarrollo Sostenible», con el fin de fomentar la reflexión sobre cómo el agua es fundamental para las tres dimensiones del desarrollo sostenible, social, económico y ambiental, así como la necesidad de pasar de un enfoque sectorial del agua hacia un enfoque multidisciplinar, que capte las interconexiones entre la alimentación, la energía, la salud, el comercio, el medio ambiente y el agua.
Este año se hará un repaso por los retos de 2015 en cuanto al cambio climático con especial atención a la preservación de los recursos hídricos, punto clave para el desarrollo sostenible y elemento central del Día Mundial del Agua 2015.
El comienzo del cambio climático, la creciente necesidad que tienen la agricultura, la industria y las ciudades de los recursos hídricos finitos, y la contaminación cada vez mayor que afecta a muchas zonas están acelerando la crisis del agua, algo que, advierten solo puede solucionarse con la elaboración de planes y políticas intersectoriales integrales a los niveles internacional, regional y mundial.
Los Estados Miembros de las Naciones Unidas están trabajando para llegar a un acuerdo universal significativo sobre el clima en diciembre de este año en París, dada la preocupación ante la amenaza que supone el Cambio Climático, por lo que, en los próximos años, las emisiones de gases de efecto invernadero tendrán que reducirse considerablemente para poder evitar sus peores efectos, entre los que se cuentan los cambios meteorológicos y la amenaza de escasez de agua en muchas partes del mundo.
Otro de los problemas urgentes es el acceso al agua potable y a servicios de saneamiento. En este sentido y, a pesar de los logros conseguidos, en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aprobados en 2000, alrededor de 750 millones de personas -más de 1 de cada 10 habitantes del mundo- siguen sin tener acceso a mejores fuentes de abastecimiento de agua, por lo que, resulta necesario un mayor esfuerzo para ampliar estos servicios a la población, aún excluida, en su mayoría, pobre. La falta de agua afecta, en particular, a las mujeres y los niños, ya que, no solo pone en peligro su salud, sino que, además, obliga a perder una cantidad considerable de horas en la improductiva, y a veces peligrosa, tarea de recoger agua.
¿Qué podemos hacer? Desde el hogar también se pude influir decisivamente en la reducción del gasto. La mayor parte del agua en el hogar se consume en el cuarto de baño. La ducha o el baño y la cisterna son los grandes «desagües» del hogar. Un grifo abierto puede gastar 5 litros de agua por minuto, un grifo que gotea puede suponer un gasto de 60 litros de agua al día si no se repara. El problema se agrava cuando toda esa agua se mezcla con el agua contaminada del resto de los hogares y de la industria, inutilizándose para su consumo.
Cuando arrojamos sustancias como aceites, pinturas, barnices…, estamos contaminando las aguas, dificultando su depuración e incrementando el mal estado de nuestros ríos, además de poner en peligro la vegetación y fauna de los ríos.
– Existen griferías y sanitarios de bajo consumo, así como elementos para su eficiencia. Cuanta menos agua usemos menos aguas residuales habrá.
– Repara los grifos que gotean. Una gota por segundo se convierte en 30 litros al día. Ahorrarás agua y lo notarás en la factura.
– El 75% del agua que empleamos en el cuarto de baño es para el aseo personal. No te recrees en la ducha.
– Muchas cisternas modernas tienen dos tipo de vaciado (para aguas menos y mayores). Si la nuestra no es de este tipo, siempre podemos meter una botella llena de agua en la cisterna para ahorrar un litro de agua cada vez que la usemos.
– No arrojar el aceite de cocinar al inodoro. Llévelo a los puntos de recogida especial, si no existen en tu municipio échalo a la basura tras ser empapados en papel de periódico.
– Utiliza detergentes sin fosfatos y con tensioactivos de origen vegetal. Compruébalo en la etiqueta antes de comprarlos.
– Compra papel higiénico o servilletas de color blanco, y evita el de colores o decorado con ingentes cantidades de sustancias químicas, muchas de ellas contaminantes, tanto para fabricarlo como para eliminarlo en las depuradoras. Lo más ecológico es el papel higiénico reciclado, de color gris suave.
– El váter no es un cubo de basura. No arrojes elementos que distorsione la depuración de las aguas.
Asimismo, desde la Unión de Consumidores de Extremadura solicitamos a los ayuntamientos extremeños, la creación de una tarifa social del agua, para ayudar a las familias que se encuentran en una situación desfavorecida y no pueden hacer frente al pago del recibo.
