EL 12,3% SE EMBORRACHÓ

Tres de cada diez adolescentes gallegos bebieron alcohol el último mes

El estudio, realizado por la USC en colaboración con el Valedor do Pobo, revela una tendencia al descenso

Tres de cada diez adolescentes gallegos bebieron alcohol el último mes
Adolescente, estudiante, botellón y juerga. BT

El 31,8 por ciento de los adolescentes gallegos de entre 12 y 18 años consumió alcohol en el último mes y un 12,3 por ciento se emborracharon, según revela un estudio de la Unidad de Psicología del Consumidor y Usuario de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) con el que ha colaborado el Valedor do Pobo.

Los datos del informe apuntan que, con respecto a alcohol, «uno de cada cinco» gallegos presenta un consumo de riesgo, siendo uno de cada tres en el caso de los alumnos de bachillerato. La prevalencia de esta sustancia es «ligeramente mayor» en el caso de las chicas que de los varones.

El documento, basado en un proyecto de investigación financiado por el Plan Nacional sobre Drogas y para el que se ha tenido en cuenta una muestra de 3.055 adolescentes de entre 12 y 18 años y pertenecientes a 31 centros ha revelado, además, que un 14,9 por ciento de los niños reconoció el consumo de tabaco en el último mes y el 8,3%, de cannabis.

El consumo de cocaína en el último mes por parte de este colectivo se sitúa en el 0,6 por ciento, igual porcentaje al de éxtasis, anfetaminas o alucinógenos.

Aunque en la presentación del estudio, en la que participó el valedor do Pobo, José Julio Fernández, y el coordinador del informe, Antonio Rial Boubeta, se han constatado «patrones preocupantes» y se ha apelado a «romper» con la asociación de alcohol y diversión, el estudio constata un descenso «considerable» del consumo en los últimos años.

Con todo, los datos son «más preocupantes» en las edades más tardías, como ha constatado el investigador, de ahí que haya defendido la necesidad de iniciar la prevención «antes», y «no cuando está instalada la conducta». Además, ha lamentado que las mujeres han ido igualando, e incluso superando, a los varones.

Así, el estudio apunta que hubo consumo de alcohol en el último mes en el 33,4 por ciento de las mujeres y en el 30,1 por ciento de los hombres; mientras que despunta el consumo de tabaco, en el 16,5 por ciento de las entrevistadas frente al 13,2 por ciento de los hombres.

El coordinador del informe ha reprochado que la Xunta «suspendió hace tres años (en 2012)» los programas de prevención de alcohol y drogas, aunque se han retomado pero «se disminuyó». Se invierten alrededor de 1,5 millones en prevención anualmente.

COMPARATIVA CON OTRAS

En comparación con otras encuestas sobre drogas, como la Estudes realizada en el ámbito estatal en 2012, se constata que el consumo de alcohol en el último mes se redujo desde el 74 al 44 por ciento, esta vez en la franja entre 14 y 18 años.

En el marco esa misma tendencia advertida a nivel europeo, también cayó el consumo de tabaco, (del 20,9% al 29,7%) y de cannabis (11,9% a 16,1%), mientras que los menores de esa franja de edad se emborracharon en el último mes también menos, al pasar del 30,8 por ciento al 17,7 por ciento.

Por otro lado, el conocido como ‘binge drinking’, es decir, consumo masivo de alcohol, es un fenómeno que se dio, fundamentalmente, en los adolescentes de 18 años, en un 49,8 por ciento de los casos con tres o más consumiciones en la misma noche. Reconocieron que tomaron más de seis consumiciones el 27,9 por ciento de los encuestados de 18 años y el 15,7 por ciento de entre 16 y 17 años.

La edad de inicio se sitúa en los 13,3 años en el alcohol y en los 13,6 años en el tabaco. El consumo de cannabis empieza en los 14,6 años de los adolescentes gallegos; de la cocaína, en los 14,8 años; y el de éxtasis, anfetas o alucinógenos se sitúa en los 15,1 años. La primera borrachera de los gallegos se produce a los 14,5 años.

INFLUYE EL CONSUMO FAMILIAR

Otro de los datos que revela el estudio es que el consumo de alcohol en el ámbito familiar influye en los hábitos de los adolescentes, sobre todo, en el caso de los hermanos y los amigos.

El estudio desvela, además, que uno de cada cuatro adolescentes montaron en el último año en un coche con conductor que iba bebido, lo que significa 30.000 jóvenes en riesgo. A urgencias acudieron, aproximadamente, 2.400 personas y 6.000 tuvieron sexo sin protección como consecuencia del alcohol.

Así, el 5 por ciento de los niños mantuvo relaciones sin protección y el 4,5 por ciento se arrepintió de las que tuvo. El 2,2 por ciento acudió a urgencias y el 10,3 por ciento se vio inmerso en una pelea.

RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES

En la rueda de prensa de presentación del informe, el valedor do Pobo, José Julio Fernández, ha apelado a la «responsabilidad» de padres y madres, a los que ha apelado a «asumir su compromiso» y, respetando los derechos de los menores, pongan restricciones.

A este respecto, el investigador de la USC ha defendido que «se retomen estrategias» como «con quién está mi hijo» y «a qué hora llega a casa», es decir, mantener un cierto control sobre los menores. Ha dicho, en relación a ello, que «por cada hora» que se aumenta la retirada a casa, «es más la probabilidad» de que se esté consumiendo alcohol o droga. También la disponibilidad de dinero «influye», advierten.

Asimismo, el experto ha indicado que la prohibición del botellón ha tenido un efecto positivo en donde se ha llevado a cabo y ha censurado la vinculación de ocio con alcohol y la promoción del «turismo de borrachera», puesto que los menores «copian» las conductas que observan.

De hecho, tanto el Valedor como el investigador señalaron la «errónea» percepción que es asociar alcohol y diversión. Sin embargo, los entrevistados puntúan con un 3,21 sobre 4 la vinculación de divertirse mucho con la borrachera; y con un 2,9 el sentirse más sociable.

BOTELLÓN

El 32 por ciento de los adolescentes gallegos hizo botellón en el transcurso del último año y el 2 por ciento lo hace todas las semanas. En el análisis, se detecta que «desciende considerablemente la práctica del botellón, pero los patrones de consumo son claramente nocivos».

De los que hacen botellón, el 51 por ciento, además, de alcohol, consume tabaco; mientras que el 30,2 por ciento a esas sustancias, añade las drogas.

El botellón es un factor de «riesgo», con tasas de consumo de entre «cuatro y diez veces mayores» en el consumo de alcohol (el 82% frente al 21,4%), en borracheras (el 47,9% frente al 5,1%), en consumo de tabaco (el 45,9 frente al 8,6%), en consumo de cannabis (el 33,5 frente al 3,2%), y en cocaína (el 2,4 frente al 0,3%).

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Autor

Javier Velasco-Arias

Javier Velasco-Arias, biblista y educador.

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