El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona y director general honorario de la Unión Europea, Francesc Granell

La secesión de Cataluña sería un «desastre» para la economía catalana

La secesión de Cataluña sería un "desastre" para la economía catalana
Manifestación independentista en Cataluña. CT

El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona y director general honorario de la Unión Europea, Francesc Granell, ha alertado de que una eventual secesión de Cataluña sería un «desastre» para la propia comunidad autónoma ya que perdería la estabilidad política y económica que ahora ostenta como parte de un Estado miembro en la Unión Europea.

Granell ha pronunciado estas palabras durante la conferencia ‘Cataluña en España y Europa: una historia de éxito’ organizada por la entidad Empresaris de Cataluña en el Parlamento autonómico de Cataluña. Una conferencia en la que el presidente de la Generalidad, Artur Mas, ha sido invitado a pesar de no haber asistido. Los que sí que han asistido son los portavoces de PP y C’s, Enric Millo y Carina Mejías, respectivamente, y la diputada del PSC Alicia Romero, entre otros.

La permanencia en la UE «no está garantizada»

El catedrático ha descartado el argumento defendido por los nacionalistas de que una Estado catalán formaría parte de la Unión Europea: «La permanencia no está garantizada. En contra de lo que defienden los soberanistas, Cataluña solo es una región más dedicada a la economía transformadora, sin recursos naturales que la hagan tan importante».

Con motivo del 30 aniversario de la adhesión de España a la UE, Granell ha expuesto las ventajas que ha supuesto para España la entrada en el club europeo. Entre estas mejoras, ha señalado la mejora de «la sanidad», que «se ha creado un estado del bienestar que lo ha permitido». Respecto a la desocupación, el economista ha dicho que «aunque hay un nivel de paro del 23%, aunque cuando España entró en la UE ya tenía esos índices. Se trata de una cifra constante que esconde la economía sumergida».

Los fondos estructurales han beneficiado a Cataluña

Granell también ha explicado que el Producto Interior Bruto español (PIB) se ha doblado desde 1986 y las exportaciones se han triplicado. En esta línea, el catedrático ha asegurado que los fondos estructurales y de cohesión han beneficiado particularmente a Cataluña.

En definitiva, ha habido una «apertura de España en el mundo», que también se ha potenciando con el programa de intercambio académico Erasmus que, según ha dicho, «ha sido muy importante para la internacionalización de la juventud».

«Cataluña tiene una economía transformadora»

Como cuestiones más destacadas que han permitido el progreso de España, el economista ha señalado la entrada en la zona euro y en el espacio Schengen. Una entrada que, a su juicio, ha posibilitado que Barcelona se haya convertido en el referente turístico y de celebración de congresos que es a día de hoy.

«Hay quien dice que Cataluña es tan importante que, tras la independencia, la UE no la dejaría marchar. Es una más de las 273 regiones europeas, lo que supone un 1,5% de la población, esta cifra no da a entender esa importancia. Cataluña tampoco tiene materias importantes como para que haya países que deseen su permanencia.Noruega tiene petróleo y Suiza, un sistema bancario consolidado. Cataluña tiene una economía transformadora», ha zanjado Granell.

No hay un «verdadero debate» sobre las consecuencias económicas

Por su parte, el presidente de la asociación Empresaris de Catalunya, Josep Bou, ha reclamado al presidente Mas que «abandone la política de confrontación» con el Estado e inicie un «diálogo» que facilite a Cataluña «liderar la recuperación económica».

En el comunicado emitido por la entidad, Bou ha afirmado que «es muy preocupante» que el plan secesonista promovido por Mas «haya avanzado sin un verdadero debate sobre las verdaderas consecuencias económicas y sociales que tendría para Cataluña la independencia».

El presidente de la entidad también ha remarcado que «ningún gobierno sensato» quiere para sus ciudadanos «la salida de Europa, el colapso económico y la consecuente frenada en la recuperación económica, la quiebra de empresas que verían menguar su mercado o la inviabilidad del Estado del bienestar».

Finalmente, Bou ha considerado que las consecuencias que acarrearía una declaración unilateral de independencia sería una Cataluña «dividida, pobre y enfrentada».

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