El presidente de la Generalitat no incluye ninguna referencia a un carácter plebiscitario

El independentista Artur Mas firma el decreto de convocatoria de las elecciones del 27-S

La vicepresidenta Sáenz de Santamaría advierte de que el Gobierno de España recurrirá cualquier trapacería

El independentista Artur Mas firma el decreto de convocatoria de las elecciones del 27-S
Artur Mas firma el decreto de convocatoria de las elecciones autonómicas del 27S. BC

La negativa del Gobierno español a dialogar ha hecho que tengamos que adelantar las elecciones

El sigue a lo suyo y es de esperar que el Gobierno de España esté a lo nuestro, a lo de todos los españoles, incluidos los catalanes que según las encuestas quieren mayoritariamente seguir siendo parte de España.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha convocado este lunes 3 de agosto de 2015 las elecciones catalanas del 27 de septiembre con una llamada a convertir los comicios en un plebiscito sobre el futuro de Cataluña (MAR le escupe a la cara de Iceta las verdades del barquero: «Ustedes, con ERC, prohibieron hablar español en Cataluña»).

Solo las fuerzas políticas independentistas admiten este carácter de «plebiscito», una palabra que no consta en el decreto de convocatoria para evitar su impugnación por parte del Gobierno central ( Cataluña es la comunidad autónoma española más beneficiada en el reparto de la financiación para 2016).

El objetivo de Convergència Democràtica es que la lista Junts pel Sí, que impulsa con Esquerra Republicana, consiga una mayoría absoluta de escaños, con lo que se consideraría legitimada para avanzar hacia la independencia. No obstante no aclara ni el porcentaje de votos necesario ni los pasos concretos a seguir tras las elecciones del 27-S.

Mas no ha firmado el decreto de convocatoria hasta las nueve de la noche para agotar al máximo el plazo de 54 días que fija la ley entre la convocatoria electoral y la celebración de los comicios.

Apurando tanto los plazos quiso evitar también la posibilidad de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, optase en el último momento por hacer coincidir las elecciones generales con las catalanas, tal como le han pedido los últimos meses sectores del empresariado catalán.

Ahora comienza una batalla política sin cuartel en la que los partidos de la izquierda intentarán que el discurso social no quede ahogado por el debate soberanista y en el que las fuerzas constitucionalistas tendrán que trabar un discurso favorable a la unidad de España al mismo tiempo que niegan el carácter de plebiscito secesionista al 27-S.

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