«Nos quedamos sin castellano pero lo primero es la seguridad de mis pequeños»
El acoso derivado de la cuestión lingüística en Cataluña sigue con su tónica habitual y sus tintes dictatoriales, sufriéndolo sobre todo los niños en las escuelas.
Esta vez le toca el turno a una familia catalana que llevaba a sus dos pequeños al colegio Gaspar de Portolà de Balaguer (Lérida), y que no les ha quedado más remedio que cambiar de centro en vista del acoso que están sufriendo en las redes.
Y todo a pesar de que los tribunales han reconocido el derecho a un 25% de clases en castellano, según da cuenta E.Armora en ‘ABC’.
«PRESERVAR SU SEGURIDAD»
La familia ha optado por matricular a sus pequeños, de 4 y 6 años, en otra escuela para «preservar su seguridad» al entender que «el centro no es fiable».
Debido al acoso recibido en estas últimas semanas, la familia prefiere no dar detalles del nuevo centro educativo.
«Nos han dado referencias de que los niños estarán bien: además les ofrece también atención psicológica»,
afirma.
La madre acusa al antiguo colegio de haber desvelado la identidad de la familia, lo que ha generado, según dice, una situación de acoso hacia sus hijos.
«Nos quedamos sin castellano pero lo primero es la seguridad de mis pequeños»,
precisó la mujer. Asegura, asimismo, que el negocio familiar también ha sufrido los efectos de un boicot impulsado desde las redes sociales.
Respecto al papel de la Generalitat en el proceso, la familia aclara que «solo ha tramitado el cambio de centro». «No nos ha ayudado a encontrar otra escuela», se duelen.
Los niños acudieron ayer a clase, por lo que solo han perdido una jornada del nuevo curso escolar.
