Poco se imaginaba la infortunada Esperanza Ferrutxe Frau, de 45 años de edad, que iba a morir a manos de ese chico que había sido vecino suyo hace años, en la misma vivienda de la calle Port de Cariño, número 14, en la palmesana barriada de Es Fortí.
Allí, en un piso superior a la planta baja escenario del trágico suceso que nos ocupa, residía con su familia Miquel Toni Riera Prats, hasta que años atrás tan solo se quedó en el lugar la abuela y él marchó a Cartagena, desde donde se dedicaba a hacer de DJ de música techno a través de Internet, en la plataforma Digital Music Radio. El joven de 23 años se hacía llamar ‘Miquel Riera Dj’.
El colombiano nacionalizado español, llegó a Mallorca el 19 de diciembre de 2015 para visitar a la anciana y pasar unos días en su compañía.
El miércoles 23, de madrugada, llamó a la puerta de Esperanza…
EL ASESINATO
Las investigaciones policiales, y su propia confesión, -aunque ha alegado ahora ante el juez que le ha mandado a prisión que no se acuerda de nada y que está en tratamiento psiquiátrico (a la Policía le dijo que estaba borracho y drogado)- permiten establecer que el joven trató de robarle dinero y joyas a la mujer, y que ésta se resistió.
Así, le golpeó presuntamente la cabeza y el rostro con gran violencia para, después estrangularla.
Con el fin de borrar huellas, procedió a incendiar el dormitorio donde se perpetraron los hechos, cubriendo el cadáver con un somier. Las llamas dejaron paso a una intensa humareda y una vecina de la fallecida llamó a la Policía, que forzó la entrada encontrándose con la dantesca escena.
El chico, al parecer, regresó a casa de la abuela tras el crimen. Una huella, entre los charcos de sangre que aparecieron, le delató.