Debemos asegurar que los juguetes que adquirimos sean seguros

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Las diferencias de precio para el mismo juguete entre distintos establecimientos puede llegar al 30%

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Juguetes. PD

En estos últimos días antes de Reyes se acumulan las prisas y las decisiones de última hora que, en ocasiones, nos pueden llevar a invertir más de lo debido en hacer felices a nuestros hijos. Incluir en sus cartas de los Reyes Magos determinados juguetes y no tener tiempo de indicarles dónde deben comprarlos para ahorrar lo más posible es mal negocio porque, aunque de forma limitada, es posible encontrar notables diferencias de precios entre los juguetes favoritos de nuestros hijos.

Tradicionalmente, había dos fórmulas para reducir su factura: la anticipación de las compras, pues muchas jugueterías y grandes superficies ofrecen descuentos en el mes de noviembre; y la comparación de precios, pues otros años hemos detectado diferencias entre establecimientos de hasta un 35%. Pero, en los últimos años, es cierto que esta diferencia parecía disminuir y la competencia, al menos en precios, era inferior a otras navidades.

Como ya es tradición, para elaborar nuestro informe sobre el precio de los juguetes hemos tomado como referencia la lista de los «Juguetes Estrella 2015-2016», publicada anualmente por la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, y que suele incluir las novedades más importantes fabricadas por el sector juguetero en nuestro país. En esta ocasión, hemos tomado una docena de esos juguetes, y hemos visitado varios establecimientos de todos los formatos: gran superficie, franquicia de juguete y pequeño comercio. Además, hemos tomado como base el precio de venta recomendado por el propio fabricante, que también está publicado en la citada lista.

En esta ocasión, nos ha llamado poderosamente la atención la práctica llevada a cabo por uno de los establecimientos visitados; como puede observarse en la tabla adjunta, los precios de varios de los juguetes estudiados son casi idénticos. Pero en la web de dicho establecimiento, en alguno de ellos, aparecía un precio más alto que, tras un atractivo descuento, se quedaba en otro más bajo que era, casualmente, igual que el ofertado por la competencia. Esto puede generar una falsa sensación en el consumidor de estar consiguiendo un ahorro importante cuando, en realidad, está comprando ese juguete al mismo precio que tienen otras tiendas y, además, al precio recomendado por el propio fabricante. Es importante, en consecuencia, dejar de lado el importe o porcentaje del descuento y fijarse en el precio final del producto.

En nuestro especial de la Navidad de 2013, realizábamos un estudio similar al que ahora publicamos, en el que denunciábamos que, de 20 juguetes analizados, sólo en cuatro había diferencias apreciables, llegando incluso a consultar ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) si la recomendación de precios que hacen los fabricantes de juguetes podría estar llevando aparejada una disminución de la competencia real, al ejercer como ancla de los precios. En su día, la CNMC argumentó que carecíamos de pruebas para demostrar si ese efecto se producía.

Pero hoy, casi tres años después, podemos afirmar que, legal o no, la situación ha mejorado muy notablemente. De hecho, de los doce juguetes analizados en este informe, la mitad de ellos presenta diferencias iguales o superiores a cinco euros, llegando incluso a superar el 30% en alguna ocasión.

Sin duda, esta mayor libertad que demuestran los establecimientos para decidir los precios contribuye a una mejor competencia y, normalmente, eso beneficia a los consumidores.

Lo que sí sigue siendo tónica habitual es que ese precio recomendado se toma por la mayoría de los vendedores como precio mínimo, pues la práctica totalidad de los juguetes se venden, al menos, por lo que nos marca el fabricante.

Por otra parte, es recomendable que sus Majestades recorran todas las tiendas que puedan con la carta completa, pues en ningún caso un sólo establecimiento es el más barato en todos los juguetes analizados. Así, la mejor forma de ahorrar es adquirir cada uno allí dónde nos ofrezcan mejor precio; y este recorrido no debe suponer problema alguno, pues es habitual, y cada vez más, que todos los vendedores dispongan de páginas webs desde las que realizar nuestros pedidos cómodamente y sin tener que recorrer distancia alguna entre unos y otros.

Con todo, y aunque nuestro informe se centra en el ahorro que supone buscar y comparar, gastar más o menos no debe ser la prioridad a la hora de escribir nuestra carta; como siempre, la seguridad es lo primero.

Y es que la época navideña, en la que se venden el 80% de los juguetes de todo el año, está dando lugar a la apertura de establecimientos que cerrarán algunas semanas después de la noche de Reyes. En principio, nada lo impide; pero recuerde que los juguetes, como todo bien de naturaleza duradera, tiene dos años de garantía, y que su primer garante es el vendedor. Si compramos un juguete de importación y la tienda cierra, ¿reclamaremos a un fabricante extranjero? Probablemente no.

Por eso, y porque la seguridad de nuestros hijos debe ser el criterio más decisivo a la hora de elegir un juguete, recomendamos encarecidamente que opte por juguetes fabricados en España o, al menos, en la Unión Europea, y que se deje aconsejar por los expertos, que recomiendan conjugar su aspecto lúdico y educativo.

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